Miklos Lukacs, una de las caras más visibles del mundo conservador hispanoamericano, ha publicado su primer libro, intitulado “Neo Entes: tecnología y cambio antropológico en el siglo XXI”.
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Conferencista y académico, youtuber y peruano de origen, pero que se desplaza por diversos países, Miklos Lukacs ha dedicado tiempo a estudiar el transhumanismo, y a advertir sobre las modificaciones no solo cosméticas, sino físicas, y hasta genéticas, al ser humano, algunas de ellas que no son estructurales, no le hacen dejar de ser lo que es, pero otras, que sin duda sí alteran su esencia.
Así las cosas, cuando un hombre ya no es un hombre, porque real o hipotéticamente su esencia ha sido alterada, ¿qué es ahora? Y sobre todo: ¿Qué corporaciones, gobiernos, élites, o agendas promueven tales cambios? ¿A quiénes convienen estas “decostrucciones” del concepto de hombre según la civilización judeo-cristiana, es decir, ese ser hecho a imagen y semejanza de Dios? ¿Qué buscan?
De todo esto habla Miklos Lukacs en esta entrevista en video que aquí presentamos, y de cómo las modificaciones pueden encontrar un doble trasfondo: por un lado son malthusianas, y estar relacionadas con el control natal, con una reingeniería demográfica; y por otro lado, con el “post-darwinismo”.
Los “avances” de la tecnología hoy en día parecen estar en mucho al servicio de la ingeniería genética, esa que buscaría concebir seres humanos “mejorados”, sin muchas enfermedades, más fuertes, más “inteligentes” y con “mejores” características raciales (sea lo que eso signifique).
¿Quiénes podrían pagar para que sus hijos nazcan ya con tales supuestas mejorías genéticas, que crearían de paso una nueva élite transhumanista, parafraseando a Noah Yuval Harari?, se le pregunta a Miklos, quien responde con una visión crítica sobre tal pensador israelita, a quien observa como portavoz de las élites del globalismo, por no decir como un agorero posmoderno del desastre.
Miklos -fiel a su línea tradicional-, apuesta en su libro a la información y a la educación, para contrarrestar estos intentos por acabar con el hombre como lo conocemos, como es considerado desde los valores tradicionales de Occidente.
Peculiar la portada de esta obra, con un rostro que luce como el estereotipo hollywoodense de un extraterrestre, de un alienígena, incluso con rasgos “reptilianos”: pero todo esto, que es macabro, es sólo una suerte de provocación del autor, que por supuesto, no es “conspiranoico” en ninguno de sus planteamientos, ni habla en lo más mínimo de tales temas.
En cambio, el autor se centra en una argumentación basada en líneas científicas serias, y en un enfoque de antropología filosófica. Finalmente, reconoce Miklos que deja al lector sin conclusiones, para que sea el que estudie su obra quien pueda formarse una idea propia y concluir con sus propias concepciones.