Argentina tendrá unas fiestas complicadas. El gobierno blanqueó, como posiblemente nunca antes en la historia, las dificultades de la herencia recibida y advirtió que, lamentablemente, en el corto plazo las cosas estarán peor. En este contexto, la celebración navideña y de fin de año será difícil de financiar. Sin embargo, el país de la crisis permanente (que podría estar a punto de dar vuelta a la página) tiene grandes vinos de excelente relación precio-calidad.
A continuación, algunas recomendaciones para que podamos brindar con grandes vinos y espumosos, a precios más que razonables, de amplio maridaje y para todos los gustos.
Aunque los argentinos comemos lechón, ensalada rusa y platos muy calóricos en las fiestas –mientras miramos las repetidas comedias navideñas norteamericanas en la nieve–, en este rincón del mundo se vive un verano caluroso. No es momento para los taninos del Cabernet Sauvignon ni para los corpulentos vinos norteños que amamos para los guisos invernales. Hay que buscar opciones frescas, compatibles con la temperatura del ambiente. Se trata del momento del año ideal para romper el dogma del tinto entre 16 y 18 grados, para sacarlo sin problemas de la heladera.
Si de tinto y de Argentina hablamos, es imposible dejar de lado el Malbec. El varietal de Bodegas López puede que sea la opción ideal para tenerlo en estas fiestas en la mesa. Ni hablar de las familias que deciden prender el fuego para hacer un asado. Un Malbec con todas las características de la cepa, de amplio maridaje para el picoteo navideño, que se luce en el estilo tradicional de la bodega. Un vino como este por aproximadamente dos dólares, no se consigue en ningún lugar del mundo. Si te gustó el estilo de López y querés probar otro gran vino accesible para estas fiestas y el verano, no podés dejar de buscar el Rincón Famoso, blend de Sangiovese, Malbec y Merlot.
Pero si de buenos blends y de precios accesibles se trata, es imposible dejar de lado el Nicasia de Catena Zapata. Para los amantes del vino complejo, con madera y estructura, el blend con base de Cabernet Franc es una opción compatible que no desentona demasiado con el calor y que marida bien, tanto con las amplias mesas navideñas como con los bolsillos apretados de los que tienen la suerte o la desgracia de contar con paladares exigentes.
Otra cepa tinta que se lleva bien con el verano es la Pinot Noir. Y un buen Pinot para el apretado bolsillo de estas fiestas es el de Saurus. De Bodegas Schroeder, el nombre de este vino se inspiró en el hallazgo de huesos fosilizados de grandes dinosaurios que habitaron este rincón del mundo y fueron descubiertos en la construcción de la bodega. Los que no son muy amantes del Pinot Noir, por considerar que se trata de una variedad levemente insulsa, pueden probar este. Es uno de los más ricos y, afortunadamente, económicos. También ideal para sacarlo de la heladera y acompañar las carnes blancas, típicas de las mesas festivas.
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Claro que si de noches de calor hablamos, es imposible dejar de lado el vino blanco. Argentina también cuenta con grandes opciones, a precios súper accesibles. Para quienes prefieren los vinos dulces, el Torrontés Dulce Natural de Las Perdices es uno que no pueden dejar de probar. La cepa originaria de Argentina (sí, es el Torrontés, no el Malbec) ofrece en esta botella de tapa a rosca un riquísimo blanco con notas cítricas, de durazno y flores blancas. Tanto para acompañar la comida, bien frío, o para el postre y la sobremesa. Cuidado, se toma como agua, pero es mucho más rico. Podemos liquidarnos una botella o un poco más tranquilamente estas fechas, sobre todo comiendo, pero atentos a no andar mezclando con otras bebidas alcohólicas.
Los que tienen el prejuicio de evitar las “marcas de supermercado” tienen una buena oportunidad para probar el Alfredo Coto Chardonnay. Un blanco al que le sienta muy bien la barrica, aportándole untuosidad, cuerpo y estructura, para los que prefieren los tintos más suculentos, que no se pueden tomar en verano. Los vinos “marca Coto” tienen una muy buena relación precio-calidad. Cuando se acerque el frío, no dejar de probar el varietal Cabernet Sauvignon y el Assemblage.
A la hora de las espumas, Argentina también tiene bastante que ofrecer por poco dinero. Aunque mucha gente no le presta la misma atención que a los vinos blancos y tintos al momento de elegir un espumoso, no hay que subestimar nunca a la botella que se escoge para el brindis. Una mala elección, de algo que se toma frío y que hasta se usa para saciar la sed luego de una comilona, puede ser sinónimo de fuertes dolores de cabeza al día siguiente. Más si se anduvo mezclando mucho durante la noche.
Dos buenas opciones de “champaña” Extra Brut son el de la bodega Suter y el de López, con su corte tradicional de Chardonnay, Semillón y Chenin Blanc. Por solamente unos pesitos más, la familia López también ofrece su gran Montchenot, al que se le suma la fina presencia y el sutil complemento del color del Pinot Noir en el corte. La crianza en sus lías le aporta esas notas de levadura y panificado, tan características del champagne francés, pero en su punto justo. En mi opinión, ya sea en su versión de Nature, Brut Nature o Extra Brut, se trata del espumoso más rico del mercado local. Lo curioso es que hay otros que lo duplican o triplican en precio, pero no son tan ricos como este. Si lo encontrás en la góndola, no lo dudes.
Existen grandes vinos económicos de excelente calidad para descubrir y disfrutar en un momento complicado y de adversidad. Brindemos por lo que viene, que seguramente será mucho mejor.