
Un total de 70,3 millones de brasileños padecen inseguridad alimentaria moderada/grave, mientras 20,1 millones están en situación severa, y esta realidad se podría agravar con el nuevo impuesto sumado a última hora al texto de la reforma tributaria del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ya que contempla un permiso para gravar productos primarios y semielaborados, lo que podría elevar el precio de una larga lista de alimentos de la cesta básica.
Las cifras que exponen el hambre en Brasil corresponden al informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en el Mundo (SOFI), publicado este miércoles por cinco agencias especializadas de la ONU en conjunto: FAO, FIDA, UNICEF, OMS y PMA.
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Desde el último estudio de la ONU, 5,7 millones de brasileños entraron en la estadística de personas que no tienen suficiente para comer todos los días y que hoy se ubica en 20,1 millones, mientras 9 millones se sumaron a los que no siempre han tenido suficiente para comer, en comparación con la última publicación, que hoy son 70,3 millones.
Nuevo impuesto en la reforma tributaria de Lula
La difusión de este informe coincidió con la noticia de que a última hora de este miércoles se incorporó al texto de la reforma tributaria de Lula un nuevo impuesto conocido como aporte estatal, considerado por especialistas como una contribución adicional que se sumará al IBS (Impuesto sobre Bienes y Servicios), de carácter estatal, y al CBS (Contribución Social sobre Bienes y Servicios), aplicado en el ámbito federal.
Expertos fiscales citados por Folha de Sao Paulo sostienen que este nuevo impuesto podría elevar el precio de los productos en el mercado interno, afectando el costo del transporte, los artículos industriales y, sobre todo de los alimentos. Aunque la reforma contemplaba inicialmente “cero” tributación para los productos de la cesta básica, los especialistas consultados por el diario brasileño advierten que el nuevo aporte sumado a última hora puede incrementar el precio de una larga lista de rubros como arroz, frijol, café, tomate, frutas, hortalizas, carne de res, pollo y cerdo, así como soya y maíz, que son fuentes para la elaboración de aceites, e ingredientes esenciales para diversos productos, entre estos los relacionados con la alimentación animal.
El permiso para gravar productos primarios y semielaborados surgió como alternativa al mantenimiento del financiamiento de los fondos estatales creados hasta el 30 de abril de este año. El nuevo impuesto contenido en la reforma tributaria de Lula podría aplicarse hasta el año 2042, según el documento.
Brasil: inflación, hambre y pobreza
No hay duda de que el alza en el precio de los alimentos impulsará la inflación y, por ende, incrementará la pobreza y el hambre en Brasil, donde 9,9 % de la población se encuentra en situación de inseguridad alimentaria severa, de acuerdo con el citado informe de las agencias especializadas de la ONU, en el que se precisa además que un total de 892,7 millones de personas sufrieron inseguridad alimentaria severa en todo el mundo entre 2020 y 2022, lo que equivale a 11,3 % de la población mundial, y 2.300 millones está en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave, cifra equivalente a 29,5 % de los habitantes del planta.