El wokismo es una plaga. Necesitamos recuperar nuestras universidades, que sean lo que siempre han sido, un espacio de encuentro, de pluralidad y de diálogo, y no en lo que se han venido convirtiendo, en centros de adoctrinamiento woke, de una ideología que quiere ser impuesta como pensamiento único. En esto coinciden Raúl Tortolero, el autor del libro La contrarrevolución cultural frente al marxismo posmoderno, y el embajador de Estados Unidos en México durante el gobierno de Donald Trump, el abogado constitucionalista Christopher Landau.
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Reunidos en una sesión especial para analizar los contenidos de esta obra de Tortolero, que ha sufrido censura en varias universidades mexicanas, privadas y públicas, ambos criticaron duramente a la ideología de género, así como a la cultura de la cancelación y las élites que la promueven, así como al gobierno de Joe Biden.
“Vamos a pasar unos años desagradables, porque muchas de las élites siguen promoviendo un discurso de odio, que cuando una persona no está de acuerdo contigo, no solamente es una persona equivocada, sino que es una mala persona, así que no solamente tienes el derecho sino el deber de silenciarlo”, dice Landau. Si una persona por ser opuesta a ti, ya por ello es “Hitler”, pues ya pierde credibilidad el que lo pone en tales términos.
Tortolero criticó los supremacismos progresistas que no luchan por derechos, sino por poder político y tienen como común denominador estar enmarcados en el marxismo posmoderno. Habló del supremacismo LGBT, del feminista, del negro, del ecologista, entre otros, que imponen su agenda.
También criticó que cuando se impone la ideología de género por parte del Estado –que no debería tomar partido ni apoyar estas posturas– se está usando además el dinero de nuestros impuestos.