Todos los pronósticos meteorológicos para Chile coinciden en que el próximo año habrá altas temperaturas como consecuencia del fenómeno La Niña. Sequía, incendios forestales y aluviones forman parte al paquete de predicciones que enfrentará a partir del 1 de mayo, el presidente izquierdista electo, Gabriel Boric. Será un ciclón climático y político en simultáneo en la nación austral.
A eso condujo el vendaval electoral de este año que arrastró al país cinco veces hasta las urnas para renovar a las instancias de poder, alcaldías, gobernaciones, concejales y los miembros de la Convención Constitucional en mayo -con una segunda vuelta en junio- a las primarias para las presidenciales y parlamentarias de julio que arrojó a los candidatos para la cita del 21 de noviembre. Esta primera vuelta terminó su recorrido el 19 de diciembre con el balotaje entre Boric y el republicano José Antonio Kast
No hubo descanso comicial. Los chilenos pasaron de una boleta a otra en menos de seis meses después de postergar dos veces estas jornadas debido a la pandemia. Incluso, enfrentó el desafío de cumplir con las medidas sanitarias en dos días continuos de sufragio —15 y 16 de mayo— algo novedoso en un país que no cuenta con mecanismos alternativos de votación sino solo su voto manual.
Sebastián Piñera, el presidente actual, no escapó al mal tiempo. Después de la publicación de los «Pandora Papers» —una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), la cual reveló la compraventa de la minera Dominga en un paraíso fiscal, con una cláusula de pago, sujeta a que no se declarara bajo protección ambiental la zona donde se instala el proyecto— la Unidad Anticorrupción del Ministerio Público le abrió una investigación penal por los presuntos delitos de cohecho, soborno y tributario.
Un engranaje delicado
Ahora viene el engranaje de todas las piezas que comandará Boric y “uno de los puntos esenciales del nuevo mandato es que el presidente electo gobernará sin mayoría en el Congreso” destaca BBC.
Buscar alianzas será, entonces, su primer reto considerando que le espera un Senado donde las fuerzas políticas están empatadas y una Cámara de Diputados dividida.
Ahí su propio partido, Convergencia Social (que solo tiene tres años de existencia), contará solo nueve de 155 diputados. Con ese panorama, negociar es la única opción y no sólo con la amplia coalición que lo llevó al poder (que abarca desde partidos de centroizquierda al Partido Comunista), sino también con algunos de sus adversarios.
Boric parece asumir el escenario, al vociferar que “los avances van a requerir acuerdos amplios”. Y estos acuerdos pintan profundos si, además, recordamos que también tendrá la compleja tarea de mantener el respaldo dentro de su propia coalición política, porque para ganar en segunda vuelta pactó con las fuerzas políticas del centro izquierda que por años fueron blanco de sus críticas (representados en figuras como los expresidentes Michelle Bachelet y Ricardo Lagos).
Significa que hará convivir al Partido Comunista (PC) y representantes de la Democracia Cristiana (DC) -históricos adversarios- y ese es otro desafío para armar a su tren ejecutivo.
“Si las reformas que plantea se ven como muy radicales podría perder el respaldo de sus aliados más conservadores. Pero si las fuerzas más radicales -como el PC- consideran que Boric está haciendo demasiadas concesiones podrían quitarle el apoyo. Por eso deberá tener el talento de un equilibrista en la cuerda floja” apunta el medio británico.
Con un plan
El plan de gobierno de Boric incluye medidas como aumentar los impuestos a los más ricos y a las grandes empresas, derogar al sistema de pensiones y transformar el sistema de salud, con la idea de crear un Estado de bienestar.
Estas propuestas responden a las expectativas del estallido social de 2019. Sin embargo, el problema radica en que los mercados esperan señales de confianza y cambios graduales de su parte.
De contrario la volatilidad, incertidumbre y desconfianza se dispararán como el día después de su victoria. Requerirá astucia, porque las estimaciones económicas son desfavorables para Chile cuyo crecimiento podría estar en torno al 2 % el próximo año, según el Banco Central y podría bajar hasta cero en 2023.
Con pocos fondos en las arcas fiscales el camino es complejo si además se considera que el aumento de las tasas de interés para tratar de controlar una inflación disparada de 6,7 % —su nivel más alto desde 2008— no ha frenado su incremento.
Frente a las adversidades económicas y políticas que se avecinan para Boric, el primer mandatario que no representará a los partidos tradicionales que se alternaron el mando del país en los últimos 30 años, la Convención Constitucional que redacta la nueva Carta Magna será indispensable para sus fines.
Para el segundo semestre está previsto un plebiscito para someter a aprobación el texto del que todavía no hay avances ante las múltiples polémicas que han rodeado su elaboración, entre ellas, el engaño de un convencional que fingió cáncer. Sin embargo, si se aprueba —cuando esté listo— podría cambiar la forma en que se gobierna y se distribuye el poder. Boric está atento. Ya se reunió con la mapuche que preside la plenaria, Elisa Loncon, para impedir un tornado inesperado en su gestión.