Aunque el Gobierno de Alberto Fernández siga responsabilizando al coronavirus y la pandemia por la dramática situación económica, lo cierto es que su gestión y su cuarentena irresponsable comparten gran parte de la culpa.
Mientras que países como Estados Unidos o Brasil, que se negaron a imponer restricciones tan duras, van recuperando los empleos perdidos, Argentina sigue en caída libre. Como si esto fuera poco, en la jornada de ayer, habiendo superado los 40 mil muertos, el país se ubicó entre los siete de mayor mortalidad en el mundo.
Sin embargo, la burocracia estatal parece no reparar en que el sector privado se derrumba dramáticamente y sigue arruinándole la vida a la gente y a los emprendedores que lograron sobrevivir al nefasto 2020.
En la jornada del sábado, uno de los bares tradicionales de Mar del Plata sufrió una arbitraria e indignante clausura por un motivo insólito: vendían vasos de cerveza de 500 centímetros cúbicos. Resulta que una de las tantas normativas absurdas del país, que data de 2009, establece que no se puede “vender, expender o suministrar cualquier bebida alcohólica en vasos, copas o similar que superen los trescientos cincuenta (350) mililitros de capacidad”.
En la cabeza de los reguladores compulsivos parece no entrar la idea de que si alguien quiere tomar un poco más puede comprar dos vasos o, directamente, una botella.
La víctima en este caso fue el Tiki Bar, uno de los clásicos de la costa argentina, que trabajó sin inconvenientes durante diez años, sin tener idea de la insólita regulación. Los inspectores, al comprobar la existencia de vasos de medio litro, procedieron a clausurar el lugar, en pleno inicio de la temporada de verano más complicada de la historia reciente.
“Tenemos diez años intachables, diez años sin ninguna clausura ni multa y hoy nos clausuran por vender cerveza en vasos de 500 centímetros cúbicos, cuando lo permitido es de 350. Con estas ganas voy a abrir el bar la semana que viene teniéndolo clausurado. Gracias Mar del Plata, gracias ReBa por entender la situación y el año”, manifestó Matías Merlo, propietario del lugar.
La entidad a la que hace mención el dueño de Tiki es el Registro Provincial para la Comercialización de Bebidas Alcohólicas, que estuvo a cargo del operativo, con una fuerte presencia policial. Aunque Merlo afirmó que la municipalidad participó del operativo, el intendente de la ciudad, el macrista Guillermo Montenegro, se desligó del asunto. El jefe comunal también responsabilizó a ReBa, dependiente de la gobernación kirchnerista, y aseguró que su gente no tuvo nada que ver.
Hasta que no se comprenda que el principal obstáculo para el desarrollo económico en Argentina es el mismo Estado, seguiremos dando vueltas en constante y creciente decadencia.
Quiero aclarar que la clausura a @Tikibarmdq no fue realizada por el Municipio y que considero desmedida la sanción, más aun en un año tan difícil en el que es imprescindible que acompañemos a los trabajadores y los sectores productivos de nuestra ciudad.
— Guillermo Montenegro (@gmontenegro_ok) December 8, 2020