Si fue el Gobierno el de la idea de hacer el velatorio en la Casa Rosada, o si solamente lo permitió ante algún pedido de terceros, es exactamente lo mismo. Alberto Fernández y Cristina Kirchner terminaron dando el visto bueno para algo absolutamente inaceptable.
En el caso eventual que todo haya funcionado a la perfección, el multitudinario evento no tendría ni siquiera que haber tenido lugar (menos en la casa de Gobierno). Lo hicieron y demostraron que no les costó nada tirar por la borda la poca coherencia que les quedaba sobre la cuarentena. Además, como era de esperar, todo terminó en absoluto desastre.
En los primeros minutos los famosos, el presidente y su vice pudieron acercarse y conseguir la foto buscada. Las tomas de Cristina frente el féretro, cumplieron con su objetivo. Los pocos críticos que se horrorizaron en redes sociales del espectáculo bochornoso, acusaron a la exmandataria de haber habilitado el circo para conseguir su imagen tocando el ataúd.
Como era previsible, una multitud se hizo presente en la Plaza de Mayo, por lo que el tiempo asignado para el velatorio terminó siendo insuficiente. Cuando la policía buscó terminar con el evento, los autoconvocados, que esperaban hace horas, decidieron ingresar por la fuerza y se vivieron momentos de extrema tensión.
Kirchner terminó aislada en el despacho ministerio del Interior, en compañía de algunos funcionarios de su confianza. En el interior de la Casa Rosada, los intrusos se bañaban impunemente en la fuente de uno de los patios centrales. Entre las cosas que se tendrán que reparar y reponer, se destaca el busto del expresidente Hipólito Yrigoyen, primer mandatario de la democracia argentina.
Los bárbaros que entraron a la Casa Rosada (con permiso oficial), rompieron el busto de Hipólito Yrigoyen cuando salían por el histórico salón de los Bustos. pic.twitter.com/kxKDgzSw2G
— Claudio Savoia (@claudiosavoia) November 26, 2020
Ante el anuncio de una supuesta extensión del velatorio, la gente comenzó a tranquilizarse un poco. Sin embargo, todo parece indicar que se trató de un engaño. La familia de Maradona ya había decidido que el entierro en el cementerio de Bella Vista, provincia de Buenos Aires, tenía que ser hoy y con luz del día. De un momento a otro, el ataúd fue retirado por atrás y el cortejo partió hacia el destino final, custodiado por un gran operativo policial.
La calma alrededor del cuerpo sin vida del exjugador llegó recién al momento de ingresar al cementerio, llegando a las siete de la tarde. Lamentablemente, la última jornada fue todo un bochorno, algo que Maradona, con todos sus defectos, no se merecía. Desde las fotos que trascendieron de los empleados de la funeraria con su cuerpo, hasta la toma de la Casa Rosada.
Todo lo ocurrido hoy fue una locura. Una vez más, ante el mundo, Argentina pasó vergüenza.