El Gobierno estadounidense que hoy preside el demócrata Joe Biden advirtió recientemente que “revisará y ajustará” su régimen de sanciones si Nicolás Maduro “no negocia de buena fe, no cumple sus compromisos o incrementa la represión de activistas políticos”. Ha ocurrido todo lo contrario. La dictadura chavista mantiene unas ilegales inhabilitaciones contra tres candidatos a las primarias opositoras (María Corina Machado, Henrique Capriles y Freddy Superlano) y no conforme con eso designó un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) con el ejecutor de dichas inhabilitaciones a la cabeza de la junta directiva. Las señales que Washington esperaba brillan por su ausencia. Pero esto no ha impedido que la primera potencia mundial siga comprando petróleo a la sancionada PDVSA, así como tampoco el más reciente escándalo por corrupción en la estatal petrolera que salió a la luz este miércoles.
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Las cifras de junio publicadas hace pocas horas por la Administración de Información Energética de EE. UU. (EIA, por sus siglas en inglés) muestran cómo Petróleos de Venezuela S. A. ha enviado ya casi 20 millones de barriles de crudo a territorio estadounidense este año. En total son 19.965.000 barriles de petróleo los que salieron de puertos venezolanos con rumbo a refinerías estadounidenses durante el primer semestre de 2023.
Otro escándalo de corrupción en PDVSA
Aunque se observa una reducción en junio por primera vez en el año, el acumulado no se registraba desde 2019, previo a la sanciones impuestas por la Administración del entonces presidente Donald Trump. Fueron un total de 3.774.000 barriles los despachado en junio, mientras que en mayo se había registrado un pico de 5.727.000. Esta negociación se reanudó en enero con 1.241.000 barriles luego de tres años y medio con las casillas en blanco.
La EIA publicó su más reciente actualización a las pocas horas de haber salido a la luz el escándalo por la desaparición de 30 millones de dólares correspondientes al seguro de salud de los trabajadores de PDVSA, en el que aparece involucrado el exministro de Petróleo, Tareck El Aissami, según la información divulgada por CuentasClarasDigital.org.
Ampliación del acuerdo de intercambio de deuda por petróleo
La compra de petróleo a PDVSA por parte de Estados Unidos fue posible luego que en noviembre pasado el mandatario demócrata autorizara a Chevron –catalogada como la segunda petrolera de EE. UU.– “retomar parcialmente sus actividades” en Venezuela. La llegada de dos barcos a puertos venezolanos a finales de diciembre marcaron el inicio de esta nueva etapa impulsada por la necesidad de Washington de reemplazar parte del suministro ruso paralizado por las sanciones impuestas a Moscú como consecuencia de la invasión a Ucrania desde febrero de 2022.
Por este mismo motivo, el Departamento de Estado de EE. UU. también autorizó desde el año pasado a la española Repsol y a la italiana Eni recibir petróleo de PDVSA para procesarlo en refinerías europeas y así reducir el efecto en sus respectivos países por la paralización del flujo de crudo ruso. El régimen venezolano puso objeciones por limitarse ese trato a la recuperación de deuda acumulada y dividendos en la nación sudamericana. Sin embargo en un par de meses cedió. Ahora, las dos petroleras europeas planean ampliar este acuerdo de intercambio de petróleo por deuda, bajo autorización del gobierno estadounidense, según reseñó esta semana la agencia Reuters.