El “dos contra uno” con el cual el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, pretendía junto a su vicepresidente y candidata de Sumar a la Moncloa, Yolanda Díaz, emboscar al abanderado de Vox, Santiago Abascal, en el último debate de televisión fracasó. La sombría participación del mandatario con un discurso apático, disperso, pero sobre todo descolgado, lapida su reelección en el cargo, en la víspera de los comicios generales que se celebrarán este domingo, 23 de julio.
Las reseñas en los medios españoles e internacionales en esa dirección abundan, después de la hora y media de Sánchez frente al micrófono y las pantallas.
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¿Traicionaron los nervios en el debate a Sánchez o fue presa de la tensión de tener la competencia en las urnas a la vuelta de la esquina sin garantía de triunfo? Es probable. Sánchez lució más preocupado por moderar la voz que por enfrentar a Abascal y Díaz, al dedicar sus intervenciones al pasado, cuando las elecciones se ganan hablando de futuro. Falló. Perdió. En lugar de propuestas, el presidente que busca la reelección defendió más a la gestión de coalición que mantiene con el partido izquierdista Podemos.
Una estrategia sin objetivos
Ese proceder, que se percibía como algo sin sentido de Sánchez, facilitó el camino de Abascal en el debate. El candidato de Vox entendió rápido que Sánchez estaba en el plató sin poder atacar a Díaz, por aún formar parte de su tren Ejecutivo.
«Usted, señora Díaz, representa al comunismo, el régimen más criminal de la historia junto al nazismo», le dijo Abascal a una Díaz, que pese a intentar mostrar un lado más incisivo que Pedro Sánchez al recriminarle lo tardía que surgió la Ley de Vivienda, terminó por formar una “complicidad de amiguetes insólita en un debate donde ambos se disputaban el voto de la izquierda”, según OkDiario.
Sin embargo, la dupla tácita que ambos tejieron en el set del canal de televisión estatal sirvió de poco cuando las respuestas se basaron en “no es verdad” o “eso es mentira”. Causaron fatiga. Hay que decirlo.
Si bien Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, mimetizaron sus discursos, se complementaron en una alianza para atacar a dúo a Santiago Abascal, como “representante” del candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, quien declinó asistir, Abascal los remeció al hablar de “estafa económica”, de “mentiras” y de “destrucción de la riqueza” en la administración de Sánchez.
Un duelo ideológico
La arremetida de Abascal certera en los tres bloques del debate -económico, social y político- terminó siendo “comedida” en esta ocasión de oro donde podía capitalizar la ausencia de Feijóo. Como un momento estelar quedará cuando increpó a Yolanda Díaz por su relación con Ramiro Santalices, condenado por un delito de pornografía infantil siendo su asesor en el Ayuntamiento de El Ferrol y después en el Parlamento gallego.
Además sumó a favor que reprochara a sus adversarios los beneficios obtenidos por «monstruos» con la entrada en vigencia de la ley del sólo sí es sí. «Ustedes han desprotegido a las mujeres y están inhabilitados para un cargo público por muchas pegatinas moradas que se pongan en la solapa», afirmó.
La crítica a la ideología de género fue clara al señalar que “han logrado, borrar a las mujeres. Si un hombre se declara de sexo femenino y pega a su mujer no es percibido como violencia. Y si un hombre se declara de sexo femenino puede entrar en un vestuario femenino, o puede tomar una plaza en la función pública una plaza ocupada para las mujeres”.
Momento exacto en el que Abascal ha ganado el debate a 3 de RTVE pic.twitter.com/JpYZIUDY0p
— No Moleste Progre (@NoMolesteProgr) July 19, 2023
Una decisión en calor
El debate expuso la combinación típica del calor del verano en España con el de la política que está aumentando la temperatura con las elecciones generales. El más sofocado es hoy el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, quien tras anticipar el final de la XIV Legislatura, que quedará como el primer Gobierno de coalición de izquierdas de la democracia, disolver las Cortes Generales y anunciar un adelanto electoral a horas de conocer los resultados de los comicios del 28 M donde su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) perdió territorio.
¿Seguirá a cargo del timón? “Voy a ganar” dice el mandatario socialista después del debate donde quedó en evidencia la resaca comicial sin superar que lo habita después de las negociaciones para configurar los parlamentos autonómicos y ayuntamientos, y las semanas frenéticas que marcaron la configuración de las candidaturas al Congreso y al Senado.
¿Es optimismo real? Cuesta creer cuando el promedio de las encuestas congeladas el 17 de julio pronosticaron una victoria del PP de Alberto Núñez Feijóo, quien alcanzaría por sí solo más diputados que la suma de la izquierda (PSOE + Sumar), frente a un PSOE que se quedaría en el mismo 28% de votos que obtuvo en 2019, y deja en el aire una posible mayoría absoluta con Vox.
Según el promedio de sondeos de DatosRTVE, el PP sería la formación más votada, con un 34,5% de los votos y 142 escaños, que representarían 53 diputados y 14 puntos más que en las elecciones generales de 2019, y con los 36 escaños que el promedio atribuye a Vox (actualmente tiene 52), ambos partidos sumarían 178 escaños, cuando la mayoría absoluta en el Congreso requiere 176.