Los esfuerzos por frenar la importación de productos fabricados con trabajo forzado uigur parecen insuficientes en Estados Unidos. Análisis hechos en zapatos y prendas recolectadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CPB), así lo demuestran ya que aproximadamente el 27 % de pruebas realizadas este año revelaron vínculos con el algodón de la región china de Xinjiang.
Las cifras difundidas por la agencia Reuters reavivan un tema preocupante para la comunidad internacional por la violación de derechos humanos de la minoría musulmana y un asunto delicado para grandes empresas, las cuales bajo campañas publicitarias que profesan un mejor estilo de vida o una supuesta protección del ambiente, ocultan delitos cometidos por el autoritarismo chino de Xi Jinping como la persecución religiosa, encierros en campos de concentración, esterilización forzada y extracción de órganos.
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No es un secreto lo que ocurre en la región china de donde son originarios los uigures. Es tan contundente la información documentada por organismos y grupos independientes, que el gobierno de Joe Biden firmó en 2021 la Ley de Prevención del Trabajo Forzado Uigur para prohibir las importaciones de productos fabricados con trabajo forzado en Xinjiang. No fue sino hasta junio de 2022 que la norma entró en vigencia, pero ni eso ha podido frenar el problema.
Algodón de Xinjiang en todo tipo de prendas
Fueron tres lotes separados de ropa los que permitieron hacer esta revelación a través de pruebas isotópicas. De la colección total, se confirmó que 13 de 86 artículos eran consistentes con el algodón de Xinjiang, de acuerdo al reporte. Pero lejos de ser algo obvio apenas confiscaron ropa interior, jeans, camisetas o ropa para bebés, el material resultó estar mezclado con otros textiles como spandex y rayón. Entonces, EE. UU. se enfrenta a la dificultad de hacer cumplir la ley.
Irónicamente, una “camiseta de Mickey” era una de las prendas con este tipo de algodón. Y es que Disney se promociona así misma como una empresa defensora de los derechos de la comunidad LGBT y de la teoría crítica de la raza. Pero la hipocresía se deja ver cuando guarda silencio ante los abusos cometidos contra minorías religiosas.
Sobrevivientes uigures relatan que se les obliga a abandonar su fe y cambiar su idioma en sesiones de adoctrinamiento. Se estima que 1,2 millones de adultos uigures y de otras minorías estuvieron en un campo o en una prisión en los años 2017 y 2018. Disney, por el contrario, grabó una de sus películas en Xinjiang y lucró con las ganancia en taquilla obviando todo lo que ahí ocurre.
El dilema de las grandes marcas
La afirmación de que China “institucionaliza el trabajo forzoso”, hecha en un artículo de El País es totalmente cierta si se considera que incluso Apple comercializa productos fabricados de esta manera. Nike, Samsung, Sony y Volkswagen son otras compañías que lo replican para totalizar 82 marcas mundiales que se apegaban a esa forma de producción hasta el año 2020, indicó un informe del Instituto de Política Estratégica Australiana (ASPI).
Esto lleva a mencionar el dilema al que se enfrentan todas estas empresas y explicaría el motivo de que a EE. UU. sigan ingresando prendas hechas con algodón de Xinjiang. Aunque los datos de la CBP no mencionan marcas, la cuestión ética siempre ha estado sobre la mesa. Por ejemplo Patagonia, una empresa de ropa para actividades al aire libre con sede en Ventura, California rompió los vínculos de dos décadas con sus socios chinos al descubrir de dónde venía la materia prima.
Pero no todos están dispuestos a replicar esa actitud. Entonces cobra sentido que para otoño de 2021, el 16 % de la ropa de algodón disponible en las tiendas de EE. UU tuvieran material de Xinjiang, según Oritain, empresa de pruebas forenses para determinar el origen de las materias primas. En el mismo sentido vale la pena destacar a tecnológicas como Apple, que a vox populi dice “aborrecer el trabajo forzoso”, pero bajo cuerda invertía miles de dólares para suavizar la ley que fue posteriormente aprobada en el Congreso.