El aparato judicial brasileño continúa avanzando en las investigaciones contra el expresidente Jair Bolsonaro. No conforme con el proceso judicial en su contra por presunta responsabilidad en los hechos violentos del 8 de enero en Brasilia, al caso de las joyas obsequiadas por Arabia Saudita también se le ha dado prioridad. Todo esto mientras irregularidades similares cometidas por el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, durante sus mandatos anteriores, pasan por debajo de la mesa.
Esta vez, la Policía Federal (PF) solicitó al Supremo Tribunal Federal (STF), dirigido por Alexandre de Moraes, romper el secreto fiscal y bancario del expresidente Bolsonaro, todo con la excusa de obtener información sobre transferencias por la venta de las joyas en Estados Unidos, supuestamente en los meses que el exjefe de Estado brasileño estuvo en ese país luego de las elecciones. Esos pagos –afirman– los habría recibido del teniente coronel y exasistente de Bolsonaro, Mauro Cid.
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Además de solicitar romper el secreto fiscal y bancario de Bolsonaro, la Policía Federal de Brasil también determinó que se debe escuchar a la ex primera dama, Michelle Bolsonaro. De acuerdo con O Antagonista, es mencionada en la investigación “como una de las personas que estaba en posesión de las joyas negociadas por Mauro Cid y su padre, el general Mauro Lourena Cid”.
Nueva orden de allanamiento
La policía no solo exige al Estado inmiscuirse en las cuentas bancarias del exmandatario. En los último días han abundado los señalamientos que apuntan a mantener a Bolsonaro en el ojo del huracán. Por ejemplo, la investigación policial hecha pública por el STF dice que el expresidente vendió las joyas “de alto valor” en EE. UU. para luego ingresar el dinero de la venta a su patrimonio “a través de personas interpuestas y sin utilizar el sistema bancario formal”.
El líder conservador refuta esos argumentos. Hace cuatro meses declaró durante tres horas ante la Policía Federal de Brasil para hablar sobre los juegos de joyas que el gobierno de Arabia Saudita le regaló a él y a la ex primera dama. Dichas declaraciones permanecen en la confidencialidad. Bolsonaro ha dicho públicamente que “no se ocultó nada”.
La investigación en cuestión es para determinar si Jair Bolsonaro cometió el delito de peculado al recibir dichos artículos valorados en más de tres millones de dólares y supuestamente no haberlos declarado cuando ingresaron al país siendo mandatario. En paralelo a la exigencia de la Policía Federal también se ejecutó este 11 de agosto una orden de allanamiento contra el general Mauro César Cid, padre del teniente coronel que fue asistente de Bolsonaro.