Las dudas sobre el futuro del presidente interino, Juan Guaidó, siguen profundizándose y sus allegados lo saben. Por lo tanto, Vanessa Neumann, quien se desempeñaba como embajadora del Gobierno interino ante el Reino Unido, renunció a su cargo tras la serie de reveses que ha tenido la gestión de Guaidó. Neumann se suma a la veintena de funcionarios que ha puesto su cargo a la orden debido a impasses de distinta naturaleza.
Tras haber anunciado su renuncia en el Financial Times, Vanessa Neumann ratificó su decisión en una breve conversación con PanAm Post, aunque sin ofrecer mayores detalles.
“Esto es algo muy doloroso para mí pero no quiero agregar más al respecto. Yo quiero mucho a Venezuela y volveré a dar declaraciones tal vez dentro de un mes cuando bajen las aguas. Por ahora vuelvo a mi vida privada, me dedicaré a mi empresa. Sé que lo de mi renuncia es noticia pero no quiero agregar más”.
Neumann puso fin a la conversación alegando que debía contestar una llamada de la embajada británica, no sin antes reiterar que todo lo que tenía que decir lo había expresado en su entrevista con el Financial Times.
“El futuro del liderazgo de Guaidó no está claro”
La exrepresentante del Gobierno interino en el Reino Unido relató al Financial Times algunas de las causas de su salida y, en concreto, habló sobre una matriz de opinión que se ha robustecido a medida que transcurre el tiempo del interinato: “El futuro del liderazgo de Guaidó no está claro dentro de la oposición”.
Desmarcarse del interinato surge principalmente por preocupaciones relacionadas con la estrategia para llevar a cabo diversas gestiones gubernamentales. También se da por la consternación a causa de las demoras burocráticas en Washington para la liberación de fondos congelados del régimen venezolano que son retenidos en Estados Unidos para la oposición.
La decisión de Neumann obedece a los traspiés que ha tenido Guaidó desde sus inicios al frente del Gobierno interino, que ciertamente no han sido pocos.
Reveses acumulados
Los reveses sobre la imagen del Gobierno interino han ido acumulándose. Van desde el desastre ocurrido con la supuesta entrada de ayuda humanitaria de Colombia a Venezuela el año pasado —que nunca se concretó— hasta el freno que ha puesto la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC, por sus siglas en inglés) a entregar fondos para subsanar algunas deudas de Venezuela en el exterior. Este panorama complica a la oposición y su objetivo de dar una imagen de fiabilidad.
Una prueba de ello es el revés en las cortes, que arrebató al Gobierno interino el control sobre el oro depositado en el Banco de Inglaterra, donde actualmente se encuentran al menos 30 toneladas de este material precioso, lo que equivale a un valor cercano a 1000 millones de dólares.
“Es trágico”, dijo Neumann. “Dos años después y el pueblo venezolano está sufriendo más que nunca. La gente que lo ha echado a perder (al país) se está saliendo con la suya, pero la tragedia está escrita en las espaldas de 32 millones de venezolanos”.
Asimismo, lo que tiene más interrogantes a su alrededor es el futuro de Guaidó luego del 6 de diciembre. El régimen de Nicolás Maduro ha urdido una serie de estrategias para sitiar a la oposición y arrebatarle el control del único poder que ha sido elegido de manera legítima y democrática en el país: la Asamblea Nacional.
Ante el Financial Times, Neumann no escatimó en referirse al futuro de Guaidó. Dijo que algunas figuras de la oposición querían rotar el liderazgo después del 6 de diciembre. Vale recordar que esto terminaría de lapidar no solo la carrera política del opositor, sino también la imagen de la coalición que enfrenta a Maduro, ya desgastada por los múltiples e infructuosos intentos de que el dictador deje el poder.
Guaidó cada vez más cerca de una nueva derrota
La oposición venezolana está en un nuevo laberinto. Sigue la preocupación sobre si algunos de los aliados internacionales reconsiderarán su respaldo a Guaidó como presidente interino después de principios de enero, puesto que la parafernalia del régimen no cesará hasta sacar a la disidencia de la escena política.
El trabajo de reforzar la imagen de Guaidó en el exterior había dado frutos en los primero meses, incluso llevó a Neumann en Reino Unido a una primera victoria judicial por el control del oro venezolano. No obstante, su trabajo se complicó. No pudo obtener la acreditación diplomática completa ni el uso de la embajada de Venezuela en Londres.
Se suma a este revés un pago de 400.000 libras esterlinas (unos 530.000 dólares) que pide a Guaidó la firma de abogados que representa a Nicolás Maduro por concepto de gastos legales. El Tribunal de Apelaciones de Inglaterra exigía al Gobierno interino pagar este monto el pasado 20 de octubre, según la orden judicial del Tribunal de Apelaciones a la que tuvo acceso Europa Press. Sin embargo, aún no hay una sentencia al respecto. La oposición venezolana ha manifestado al tribunal que no tiene recursos para efectuar ese pago.
¿Los culpables?
Hubo varios culpables. De hecho, la exfuncionaria señaló directamente a la OFAC y los trámites que ralentizaron el cumplimiento de varios compromisos económicos. Ahora, por postergar durante tanto tiempo la entrega de fondos congelados a la oposición que lidera Guaidó, la batalla judicial está en peligro de perderse.
“La torpeza literalmente le arrebató la derrota de las fauces de la victoria”, dijo Neumann.
Esta queja no es en solitario. Algunos de los enviados de Guaidó al extranjero han manifestado que efectivamente están trabajando gratis. No han recibido el pago que esperaban de fuentes estatales estadounidenses.
Elliott Abrams, enviado especial de Estados Unidos para Venezuela e Irán, dijo que “no tenía conocimiento de que se retengan licencias en la OFAC”.
Abrams insistió en que había consenso dentro de la oposición en que Guaidó debería seguir siendo presidente interino por ahora, aunque agregó que si Maduro todavía estaba en el poder dentro de un año, “entonces es hora de una rotación”.
Las calificaciones que alguna vez fueron altas en las encuestas de opinión de Guaidó han disminuido drásticamente desde el año pasado. Los venezolanos condenan el continuo estancamiento político de la coalición opositora. La mayoría ahora dice que no votarían ni por Guaidó ni por Maduro.
Las renuncias que golpean al Gobierno interino
Tras el inicio de la gestión de Juan Guaidó en el poder, muchos aliados que le acompañaban en puestos estratégicos han tirado la toalla en el camino por diversas razones. Antes de Neumann estuvo el presidente de la junta administradora ad-hoc del Banco Central de Venezuela (BCV), Ricardo Villasmil.
Entre las posibles hipótesis que llevarían a Villasmil a tomar dicha decisión, se maneja un conflicto de intereses que ocurriera con la designación de José Ignacio Hernández como procurador especial, un cargo que le fue otorgado cuando se encontraba involucrado en causas como defensor de varias empresas contra el Estado venezolano.
Ante la polémica de este nombramiento, Hernández dejó el cargo, aunque públicamente argumentó que esto se debía a sus proyectos de “asesoría legal estratégica asociados a la compleja transición venezolana”.
Una de las dimisiones más explosivas fue la de Humberto Calderón Berti, quien ejerció como embajador en Colombia. Un par de días después de ser notificado su cese como embajador, el representante diplomático acusó a personas del entorno del líder opositor y les acusó por corrupción en el manejo de fondos para el ingreso de la ayuda humanitaria a Venezuela el 23 de febrero de 2019.
De acuerdo con la BBC, Calderón Berti afirmó que muchas personas concentradas en círculos cercanos a Guaidó manejaron cantidades importantes de dinero, donde figuraba una «doble facturación» y emisión de pagos que involucraban licor y otros gastos no relacionados con el fin al que fueron destinados.
Aunado a este caso, figura el de Tamara Sujú, designada como representante del Gobierno interino en República Checa y quien renunció al puesto luego de ejercer por escasos cinco meses. Sujú explicó que dimitió por tener “conflicto de intereses” entre su trabajo como defensora de derechos humanos y la responsabilidad de fungir como embajadora.
Debido a sus labores como representante del Instituto Centro de Estudios para América Latina (Casla), Sujú aseguró que precisa ser independiente, para así alcanzar la meta de conseguir justicia y reparación de las víctimas que han llevado los casos ante esta instancia.
A esta renuncia se suma la del economista Ricardo Hausmann, designado previamente como representante de Venezuela ante el Banco Interamericano de Desarrollo. Este puesto fue rechazado porque en su opinión «entraría en conflicto con sus responsabilidades en Harvard, donde dirige el Laboratorio de crecimiento de la escuela», reseñó Infobae.
Más tripulantes que abandonan el barco
Otro que abandonó el barco fue el analista político Juan José Rendón, quien presentó su carta de renuncia al cargo de estratega general del comité presidencial que ejercía en el equipo de Juan Guaidó, luego de haber admitido que firmó un acuerdo con la contratista militar Silvercorp y pagó 50000 dólares para la ejecución de la llamada «Operación Gedeon».
El diputado Sergio Vergara, quien salió de las filas del partido Voluntad Popular, estuvo involucrado en esta operación. Su firma figura en el contrato con Silvercorp. También renunció a su cargo.
Entre los representantes que renunciaron al Gobierno interino también figura Guarequena Gutiérrez, embajadora en Chile designada por Guaidó. Al respecto, la agencia EFE reveló que su dimisión fue enteramente por «razones económicas y migratorias».
Gutiérrez cumplió funciones hasta el mes de junio de 2020, tras haber sido nombrada el 29 de enero de 2019 por Guaidó como representante diplomática en Chile.
Como un castillo de naipes
Con estos precedentes, el tic-tac de un reloj que emplaza al propio Guaidó a dar una respuesta efectiva, ante la mirada de 60 países que le reconocen y un régimen cada vez más ávido de poder, el panorama se ve difuso para un gobernante encargado que le ha tocado medirse en un terreno político donde tiene todo en contra.
Los desaciertos han sido notorios. No obstante, Guaidó ha conseguido enemigos dentro y fuera de su administración. Así como la dictadura busca destruirlo, también hay quienes quieren su cabeza dentro de la propia oposición. Aunque nadie duda de sus buenas intenciones al comienzo de su gestión, la improvisación, la corrupción y la falta de resultados convirtieron el Gobierno interino en un castillo de naipes que se desmorona.
Esta nota fue escrita en colaboración con José Gregorio Martínez