A pocas semanas de realizarse la consulta popular, la nueva intervención de Noruega, nación que ya estuvo inmiscuida en la gestión del diálogo entre la oposición y el régimen de Nicolás Maduro en 2019, vuelve al escenario. De hecho, una delegación de dicho país ya está en Venezuela.
Una fuente cercana al Panam Post reveló que esta comitiva tiene prevista una reunión con el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó. Al parecer, el mandatario venezolano los verá antes de llevarse a cabo la consulta popular, cuya fecha de inicio será el próximo 5 de diciembre y se extenderá hasta el 12 de diciembre.
El propósito de la reunión y el acompañamiento extranjero se centra en un punto muy álgido: explorar una negociación con Nicolás Maduro. Con la visita de los noruegos, Guaidó podría capitular con el régimen a pocos días de la consulta popular
Este movimiento que incluye al Reino Unido de Noruega y se da a pocos días que también se realicen en el país las elecciones legislativas impulsadas por el chavismo, cuyo fin es pulverizar la representación actual del Parlamento venezolano electo de manera legítima y actualmente bajo el control de la oposición.
A su vez, surge luego de las amenazas que hiciera Nicolás Maduro hace una semana sobre “juicios públicos” a opositores. Así lo anunció este viernes el dictador venezolano, según reseñó la agencia EFE.
Maduro giró instrucciones en un encuentro televisado de la coalición de partidos chavistas Gran Polo Patriótico. Fue certero y acusador al decir que “la nueva Asamblea Nacional debe inmediatamente instalar una súper comisión parlamentaria para investigar toda la corruptela, todos los dolos, toda la robadera de Juan Guaidó (…) hacer un juicio público con pruebas en la mano contra Juan Guaidó y contra los ladrones de esta Asamblea Nacional”.
La “cacería de brujas” está a la vuelta de la esquina. Al sentir este escenario cada vez más cerca, la intervención de Noruega para los opositores es prácticamente perentoria y explicaría mejor su presencia en el país.
Noruega y la bocanada de aire al régimen
La intervención del Gobierno del Reino Unido de Noruega se muestra como un modo de comprar tiempo para ambas facciones políticas, cuyos discursos actualmente están marcados por una desconexión severa de la realidad venezolana.
De la misma forma, esta visita se da luego de que en julio otra delegación oficial llegara a Venezuela con el propósito de “conocer la situación del país caribeño desde el punto de vista político y humanitario, informó la oposición mediante un comunicado recogido por DW.
En aquel momento, la coalición que le hace frente a Nicolás Maduro salió al paso para desmarcarse de cualquier “agenda” que tuviese esta representación extranjera. En aquella oportunidad informó que “comunicamos al país esta información en aras de mantener la transparencia, principal bandera de nuestra gestión de cara a Venezuela”.
Noruega auspiciaba un proceso diálogo entre el gobierno interino y la oposición en 2019. La representación de Guaidó se retiró en septiembre de dicho año, un mes y medio después de que lo hicieran los personeros de Maduro.
Además de ello, Noruega y la Unión Europea saben que todos los intentos de diálogo han sido infructuosos. De hecho, Maduro no ha decaído en su afirmación de que en Venezuela no habrá ninguna transición, tal y como lo solicita el presidente Guaidó. Una muestra más de que se trata de tiempo perdido.
Esta nación que hoy pretende explorar cuadros de negociaciones nunca ha condenado las violaciones a derechos humanos por parte del régimen de Nicolás Maduro. Tampoco ha criticado la crisis humanitaria que enfrentan los venezolanos desde hace más de seis años y toma una posición tibia y lánguida, ante los crímenes de lesa humanidad que ya son conocidos en el mundo.
Guaidó en su laberinto
Juan Guaidó hoy camina sobre hielo fino. Con el reloj en contra, el también presidente de la Asamblea Nacional pretende hacer frente al fraude electoral que llevará a cabo el régimen el 6 de diciembre, con su denominada una “consulta popular” para el mismo día.
Con esta iniciativa y su repentino cambio en las preguntas para este plebiscito, el Gobierno interino pareciera estar buscando una tabla de salvación para su subsistencia. Sin el cargo de presidente de la Asamblea Nacional y sin Donald Trump en la Casa Blanca, la inmunidad de la que ha gozado Juan Guaidó desaparecería.
El periodo constitucional para el cual Guaidó fue electo diputado culmina el próximo 5 de enero.