El último fin de semana “XL”, producto del encuentro de Semana Santa y el feriado por el aniversario de Malvinas, hizo que mucha gente decida irse a descansar a la costa. Aunque varios analistas advertían que la complicada situación económica, agravada por el necesario ajuste que impulsa el gobierno, generarían una importante merma turística con caída de actividad, lo cierto es que Mar del Plata explotó y batió récords históricos de visitas y consumo.
Claro que todas las ciudades que están alrededor de “La feliz” tuvieron una externalidad positiva que incrementó considerablemente sus ventas. Uno de los sitios que explotaron, hasta el punto de no poder abastecer la demanda, fue la ciudad de Dolores. La misma se encuentra en medio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Mar del Plata.
Aunque el primer día hábil de la semana pasada fue el miércoles, muchas personas sacaron la misma conclusión equivocada, basada en experiencias previas. La mayoría consideró que si volvía a la ciudad el martes, el tráfico estaría muy complicado, por lo que decidieron ser previsores y retornar el lunes. Sin embargo, como miles de personas hicieron lo mismo, el primero de marzo fue cuando se taparon las arterias del tránsito. Paradójicamente, los que disfrutaron un día más de las mini vacaciones, retornaron con más facilidad. Igualmente, todos estos días hubo un alto nivel de circulación, por lo que las “parrillas de la ruta” pudieron aprovechar para hacer una diferencia. Uno de estos tradicionales lugares, que solamente funciona al mediodía, terminó sirviendo a la demandante clientela hasta las tres de la mañana.
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En el kilómetro 9 de la ruta 63 (cerca de la ruta 2 y la 11, que conectan CABA con la costa) se encuentra Sol de Mayo. Un oasis que no es un secreto para los que conocen de gastronomía argentina, pero que muchas personas visitaron por primera vez hace unos días. Aunque las tradicionales parrillas ruteras no se traten justamente de lugares de “alta cocina”, especialistas del sector en Argentina como Dante Liporace (propietario de Mercado de Liniers y exchef de la Casa Rosada durante la gestión de Mauricio Macri) lo recomiendan como uno de los sitios fundamentales, entre las grandes parrillas del país.
Sol de Mayo es famoso en Dolores (aparece en Trip Advisor como el restaurante más votado) y sus inmediaciones, pero de a poco ya se va conociendo también en otros lugares. Al punto que más de uno decide agarrar el auto, tomar la ruta y hacerse unos buenos kilómetros para la experiencia de un almuerzo campestre.
¿Qué es lo que hace que los visitantes se enamoren del lugar? Muchas cosas. Para empezar, unas empanadas caseras de bola de lomo y matambre, preparadas en un horno de barrio especial, que no se consiguen ni haciéndolas en casa ni en las pizzerías de barrio. Mucho menos en las aplicaciones de delivery del teléfono. Aunque están disponibles todas las tradicionales achuras como los chinchulines, los chorizos, los riñoncitosa y las morcillas, las mollejas son increíbles: el dorado y tostado justo, en porciones feteadas de un grosor ideal.
A la hora del principal, imposible pedir otra cosa que no sea el famoso costillar. Una generosa porción de carne excepcional, que solamente se puede conseguir de la mano de una excelente materia prima, sumada al tiempo y la paciencia de asadores profesionales, que preparan desde temprano la carne para obtener un punto para todos los gustos: tan cocida como jugosa. Algo que consiguen los especialistas, que le dedican el tiempo necesario a una lenta cocción, mientras se impregna en el costillar el sabor ahumado de la leña.
Para que todo salga como corresponde, se encuentra Miguel, el propietario del “boliche”. Un especialista chapado a la antigua que está tan pendiente del asador, del horno y la parrilla, como de lo que ocurre en cada mesa para que los comensales puedan disfrutar de una experiencia satisfactoria, como la tienen.
Además de las mollejas, las empanadas y el costillar, Sol de Mayo tiene otra ventaja comparativa a la hora de considerarla por sobre otras parrillas de ruta. Miguel es desde hace un tiempo un entusiasta del mundo del vino, por lo que de a poco va incrementando una carta de bebidas que le hace justicia a sus productos.
El que no conoce el lugar, debería.