
Argentina, como todos saben, es un país de mayoría católica. Sin embargo, para muchas familias es más una cuestión de tradición que de religiosidad ortodoxa. Ya sea por temas de fe o culturales, ciertas cuestiones se suelen respetar en algunos ámbitos, aunque no se trate de una sociedad religiosa.
Cada Viernes Santo las pescaderías pueden tener algo más de clientela y los restaurantes suelen ofrecer excepcionalmente sus “empanadas de vigilia”. Lo cierto es que muchas personas aprovechan para comerla de entrada, ya que no está disponible durante el resto del año en la carta. Claro que después muchos siguen con un bife de chorizo, como todos los días. Lógicamente, no existe ninguna imposición legal. El que quiere come carne y el que no quiere no come.
En Chubut, un vecino no supo distinguir bien la frontera entre lo voluntario del ámbito religioso y lo que constituye formalmente un delito. Luego de sentir el clásico olor a carne asada a la parrilla, la persona llamó a la policía y se limitó a pedir la asistencia de los oficiales, ya que en un departamento de su edificio habían disturbios que precisaban intervención urgente.
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Lógicamente, las fuerzas policiales se hicieron presentes en el lugar, en el marco de un gran operativo, con los agentes empuñando sus armas de fuego, desconociendo el riesgo al que podían estar enfrentándose. Sin embargo, no hizo falta más que golpear la puerta para entender lo que estaba sucediendo: era una familia preparando un asado, lista para sentarse a comer.
Según lo informado por el medio local Jornada, el denunciante se hizo presente pidiendo que la policía terminara con todo eso. Argumentaba que se trataba de un “pecado”, ya que estaban transitando el “Viernes Santo”. Claro que los oficiales no apagaron la parrilla ni decomisaron el asado de tira y los chorizos. Simplemente se limitaron a explicarle a la persona que llamó al 911 que lo que allí sucedía no constituía delito alguno.
Luego que los patrulleros abandonaron el lugar, el hombre que hizo la denuncia no se dio por vencido y acudió a la intervención del encargado del edificio, que, lógicamente, tampoco hizo nada al respecto.