En Argentina la verdad histórica de Juan Domingo Perón y su movimiento es una especie de tabú. La historia está allí, documentada. Sin embargo, sus partidarios deciden recordar y reivindicar al General desde una visión parcial y edulcorada. Como si se tratara de una película biográfica para el público masivo, que desconoce los aspectos más importantes de la realidad histórica. Lo curioso es que acá los “no peronistas” tampoco se animan a desmitificar al personaje y ese ideario que proliferó en su momento. Salvo contadas excepciones, toda la dirigencia política rinde pleitesía a Perón y a Evita. Mejor dicho, a los mitos inventados que giran en torno a ellos. Hizo falta la visita al país de un escritor y periodista extranjero para que alguien se anime a discutir el discurso oficial. El encargado de desempeñar esta labor fue Jaime Bayly, quien sin miramientos dijo lo que muchos piensan: “El peronismo es una enfermedad”, una posición que fundamentó posteriormente.
En un breve recorrido por la vida del fundador del Partido Justicialista, el comunicador peruano aseguró que muchos peronistas “no saben quién fue Perón” y que el General no fue “una figura histórica admirable”. “Perón fue en primera hora un fascista que admiraba a Mussolini. Luego no tuvo un compromiso claro con la democracia. Luego apañó a los nazistas que escapaban de Alemania. Finalmente, terminó en la mansión de Puerta de Hierro montando en moto y recogiendo a las jovencitas. ¿Podemos realmente admirar a Perón? Yo no lo puedo admirar”, señaló Bayly, ante un periodista que no podía cuestionar absolutamente nada de lo que decía.
Lo cierto es que, aunque todo lo que dijo el periodista peruano es verdad, también hay que aclarar que se quedó corto. Claro que los tiempos televisivos no son amigos de largas exposiciones y Bayly esto lo sabe muy bien. Aunque hizo un repaso por una serie de verdades incómodas sobre la vida del General, también hay mucho más para decir antes, durante y después del momento histórico que comentó el comunicador, que conoce bastante sobre la historia Argentina.
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Antes de la historia del fascista admirador de Mussolini, hay que decir que Perón fue un golpista. Su espacio político llegó al poder en Argentina luego del golpe del 6 de septiembre de 1930 y él ya era un militar importante con el rango de capitán. Entre otras cosas, aquella jornada colaboró con el desalojo de los funcionarios del gobierno constitucional de la Casa Rosada. Durante su primera gestión de gobierno terminó con la libertad de prensa, cerró medios críticos, encarceló opositores y cambió la constitución, eliminando la inviolabilidad de la propiedad privada, que pasó a tener “función social”. Con respecto a sus vicios pedófilos, hay que decir que nada de esto empezó en España. Luego de la muerte de su esposa Eva, Perón tuvo una relación con una niña de catorce años, hasta que abandonó el país tras el golpe de 1955.
También vale recordar que, desde el exilio, fomentó a la extrema izquierda y a la extrema derecha de su movimiento, para generar la desestabilización que fuerce su retorno. A ambos bandos les prometió el rumbo del gobierno, pero cuando recuperó la presidencia en octubre de 1973, pronto supo que no podía satisfacer a todos. Como si esto fuera poco, su irresponsabilidad en nombrar a su nueva esposa como compañera de fórmula terminó en un desastre predecible. Murió viejo y enfermo, mientras el país era un caos económico y un baño de sangre.
En contraposición a lo que representa Perón, Bayly comentó que admira a Jorge Luis Borges y deseó que en Argentina, en lugar del peronismo, exista un movimiento “libertario borgiano”. Recordando la persecución que sufrió el escritor en aquellos años, el periodista peruano aseguró que Borges representaba lo contrario, “la sabiduría humilde y republicana”.
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— Traductor 🥹💕💐 (@TraductorTeAma) May 10, 2023