“Messi, te estamos esperando. Javkin también es narco, no te va a cuidar”. Con esa frase escrita como amenaza, y catorce balazos en la persiana de un supermercado de la familia de Antonella Roccuozzo, esposa del capitán de la selección argentina, se terminó la idílica historia entre Lionel Messi y su Rosario natal. El mensaje es claro: la ciudad está tomada por las mafias vinculadas al narcotráfico y la política no tiene ninguna respuesta para dar. Vale destacar que el mencionado Pablo Javkin no es otro que el intendente de la ciudad.
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Lamentablemente, los muertos del día en Rosario ya dejaron de ser una noticia relevante en Argentina. Cada jornada, junto al precio del dólar, el clima y las informaciones tradicionales, aparecen los fallecidos en la ciudad santafecina. En el mejor de los casos se trata de ajustes de cuentas de mafiosos que se liquidan entre ellos. En los más lamentables y desafortunados, son víctimas inocentes que caen en medio de las balaceras de los usuales enfrentamientos entre narcos o con la policía. En los últimos 14 meses, el contador de fallecidos en estas circunstancias ya llegó al número 300.
Con el ataque al supermercado de la familia del jugador del PSG francés y la amenaza narco se termina abruptamente una idílica relación entre Messi y Rosario, algo que podía pasar en cualquier momento. El campeón del mundo todos los fin de año viene con su esposa y sus hijos a su ciudad natal, donde pasa las fiestas con sus allegados. A diferencia de las estrellas que hicieron carrera en el exterior y cortaron los lazos con sus lugares de origen, Messi mantuvo su vínculo con Rosario desde siempre. Las actitudes permanentes, como la donación de respiradores para los hospitales locales en medio de la pandemia del coronavirus, hicieron que se reconociera la humildad de uno de los deportistas más ricos del mundo, que nunca se olvidó de la ciudad que lo vio nacer, donde incluso mantiene diversas inversiones.
En las fiestas pasadas, durante la usual visita de Messi al país, se extremaron las medidas de seguridad, ya que la amenaza narco era como para tomar los recaudos necesarios. Ahora, con el tiroteo al supermercado familiar y la amenaza explícita de la mafia, habrá que ver si por primera vez desde que juega en Europa, Messi decide quedarse allí durante la segunda quincena de diciembre.
Por su parte, el intendente Javkin aprovechó la triste noticia del día para volver a cuestionar al presidente Alberto Fernández. “¿A cuánto está el presidente de acá, a media hora? Vengan acá los que tienen responsabilidad. Yo soy intendente de la ciudad, yo no manejo las fuerzas de seguridad y cuando pedí, no me dejaron”. El jefe comunal, desde la explosión de la violencia narco de los últimos meses, asegura que el Poder Ejecutivo ignora por completo el desastre que tiene lugar en Rosario y no colabora con el envío de más fuerzas de seguridad.
Como dijimos, el desastre que ocurre en Rosario no es nuevo. Y Argentina se acostumbró a contar los muertos de la misma manera que convive con la inflación cuando va al supermercado. Habrá que ver si la visibilización del caso Messi permite que finalmente se tomen cartas en el asunto.