La extinta Alemania Oriental comunista dejó muchas lamentables postales para la historia. El nefasto muro de la vergüenza, la omnisciente Stazi y los exhaustivos controles que tenían lugar en los puntos de ingreso y egreso, para las pocas personas que entraban y salían. Sin embargo, a pesar de la eficiencia alemana, el experimento socialista fracasó terriblemente, como ocurrió en todas las partes del mundo donde se intentó. Pero, a más de tres décadas de la caída del Muro de Berlín, el gobierno argentino parece inspirarse en aquellos años para sus insólitas y abusivas iniciativas.
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Esta mañana, la bochornosa noticia del día tuvo que ver con la nueva implementación de la aduana para las personas que viajen al exterior. Los controles ya no serán solamente al ingreso del país, sino que a la salida se contará el número de maletas de cada persona. La idea es evitar que los argentinos puedan traerse un equipaje extra de ropa adquirida en otro país. Además, la aduana argentina solicitará a los países que hacen devolución del IVA la información de los ciudadanos locales, para tener más conocimiento sobre sus gastos en el exterior.
Casualmente ayer, en el desagregado del pésimo índice de inflación que reconoció el gobierno, se confirmó que la categoría de vestimenta subió incluso más que el promedio general de los precios. Cabe destacar que todo el sector de textiles y ropa está absolutamente “protegido”, por lo que los “empresarios” locales viven, como se dice, cazando en el zoológico. Venden productos de pésima calidad a altísimos precios. Es por esto que cualquier argentino que viaja, ni tiene interés de visitar las tiendas de altas marcas. Ya con las tradicionales H&M, Forever21 o Primark, consiguen mejor calidad a más bajos precios. Sí, incluso ante la destrucción total del peso y el dólar a 380.
La iniciativa generó indignación total y significó un nuevo disparo en el pie para una gestión tan extraviada como abusiva. Ni bien se confirmó la noticia, los argentinos ya indicaron en las redes sociales que, en lugar de comprar una maleta económica extra durante el viaje para hacerse de las prendas diarias del año, ahora tendrán que llevar una más, con trapos y basura para desechar al momento de llegada. ¿Qué harán ahora? ¿Reconocerán que la medida es impresentable para convertirla en letra muerta o le abrirán el equipaje a las personas al salir del país como lo hacen al momento del ingreso? Con el kirchnerismo, todo es posible…