“Buenos días. Quiero anunciarles que el Gobierno de la Argentina ha llegado a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Gobernar es un ejercicio de responsabilidad. Sufríamos un problema, y ahora tenemos una solución. Teníamos una soga al cuello, una espada de Damocles, y ahora tenemos un camino que podemos recorrer. Sin acuerdo, no teníamos un horizonte de futuro”. Con estas palabras, Alberto Fernández se dirigió al país esta mañana, para confirmar que, a último momento, el Gobierno pudo cerrar un principio de acuerdo con el FMI.
Ambas partes acordaron un programa de Extended Fund Facility que se extenderá por un período de dos años y medio. En este período el FMI cubrirá los vencimientos del stand by firmado por la gestión de Cambiemos y recién en 2026 comenzará un plazo de 10 años para que el país devuelva la totalidad del préstamo.
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El Gobierno se comprometió en un programa de metas fiscales que deberá terminar el año en un déficit del 2,5%. Para el 2023 la cifra tendría que ser del 1,9 % y en 2024 del 0,9 %. El “déficit cero” tendría que estar garantizado para 2025.
Desde el FMI aseguraron que el país se comprometió a una reducción de los subsidios energéticos e indicaron que el programa pautado no afectará la inversión en infraestructura, ciencia y tecnología ni comprometerá “programas sociales específicos”.
El impacto en los mercados no tardó en llegar. La cotización del dólar libre, que los últimos días había superado los 220 pesos cayó a 213 una vez que se confirmó el acuerdo. En Wall Street las acciones argentinas subieron hasta un 8 % y también cayó el riesgo país.
En la oposición, el diputado Javier Milei cuestionó duramente los términos del acuerdo y aseguró que el programa del ministro de Economía “está en perfecta línea con la defensa de la casta política”, ya que pretenden que la problemática del déficit se arregle mediante el crecimiento para que el Estado no tenga que hacer ningún ajuste del gasto.
Por su parte, José Luis Espert cuestionó que el déficit seguirá siendo financiado con deuda y que tampoco se firmó ninguna reforma pro-mercado. “Es cualquiera este acuerdo”, aseguró el diputado liberal.
Luego de mensajes ambiguos durante toda la semana por parte del oficialismo, con algunos referentes que decían que si no había acuerdo no era tan grave y otros asegurando que era fundamental, este mediodía la vocera de Fernández, Gabriela Cerruti, comenzó a cambiar el relato y aseguró: “El default no era opción”.