
A horas del acuerdo o del default ante el Fondo Monetario Internacional, al misterio total se suman contradicciones internas en la coalición que gobierna Argentina. En el Frente de Todos, varios referentes cercanos a Cristina Kirchner aseguran que no es el fin del mundo si no se llega a un convenio. Sin embargo, los más cercanos a Alberto Fernández tienen una opinión muy distinta.
Esta mañana, Claudio Lozano, referente del “ala izquierda” del oficialismo y director del Banco Nación, desdramatizó un escenario de cesación de pagos. También, insistió con tachar de “irregular” los préstamos del FMI a la gestión de Mauricio Macri. Sin eufemismos, el “economista”, por así decirlo, dijo que el default es solamente una “construcción discursiva”.
“Siempre hay tiempo para negociar, los que apuran son aquellos que quieren que las cosas sean como están siendo. Argentina debe correrse de esas cuestiones. No hay que tenerle miedo al default, que es una construcción discursiva”.
Sus palabras están en sintonía con unas declaraciones de ayer del diputado ultrakirchnerista Leopoldo Moreau. Para el legislador cristinista, la falta de acuerdo tampoco es un gran problema para Argentina. “Default es una palabra que aterroriza, pero tampoco tiene que aterrorizar tanto como para creer que es el peor de los remedios”, indicó el exdirigente de la Unión Cívica Radical, que fue expulsado de su partido por su pase al kirchnerismo.
Aunque no indicó nombres, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que responde al presidente, salió a manifestar su desacuerdo total. El funcionario del Ejecutivo dijo que, aunque hay “gente que realmente piensa de manera sincera lo que dice”, no tienen en cuenta factores económicos que perjudicarían al país si se cae de nuevo en cesación de pagos. Para el ministro, considerar la posibilidad de un default en Argentina mientras se negocia a contrarreloj es “un acto de irresponsabilidad”.
En el mismo sentido que Kulfas se expresó el jefe de Gabinete, Juan Manzur. Este mediodía, en una presentación pública, el dirigente peronista aseguró que hay “decisión política” y “vocación de pagar”. A su vez, negó que un acuerdo sea sinónimo de un freno para el crecimiento de la economía.
“Las contradicciones no son solamente del oficialismo”
En diálogo con PanAm Post, el diputado bonaerense Guillermo Castello reflexionó sobre las contradicciones del Frente de Todos. Advirtió que las mismas existen también en la coalición de Juntos por el Cambio.
“Estas idas y vueltas tienen que ver con la particular forma de la alianza que gobierna nuestro país. Se trata de un frente muy heterogéneo que ha resuelto una forma de distribución de poder muy particular, donde cada uno tiene sus ministerios y sus espacios, con el Instituto Patria con La Cámpora queriendo controlar las cosas. El resultado lo estamos viendo y es la inacción total y el mal desempeño del gobierno”, señaló.
Sin embargo, para el legislador de la provincia de Buenos Aires, perteneciente al espacio político de José Luis Espert, la principal coalición opositora que se plantea volver al poder en 2023 también tiene sus contrariedades, que podrían ser un problema a futuro una vez más a la hora de la gestión. Para Castello, “en Juntos por el Cambio hay demasiadas contradicciones internas”. Al respecto, el legislador liberal indicó que el macrismo tendrá que resolver estas cuestiones “si quiere presentar una oferta política que sea creíble con un mandato único”.
“Les va a costar porque tienen las mismas cuestiones internas. Esto nos lleva a la conclusión que la grieta no es la que se intenta vender desde hace 15 años entre kirchnerismo y antikirchnerismo. Ahora las grietas son intraespacios dentro de las dos coaliciones”, señaló.