Los aspirantes a la Casa Blanca tuvieron su último cara a cara antes de las elecciones del 3 de noviembre. El presidente Donald Trump apuntó a las cifras y resultados, Biden al sentimentalismo.
Si bien la moderadora Kristen Welker tiene un historial de menospreciar la labor del presidente Trump, en este debate mejoró significativamente con relación a su predecesor Chris Wallace, quien convirtió el primer encuentro en un dos a uno.
Por decisión de la Comisión de Debates Presidenciales, la moderadora tenía la facultad de silenciar a los candidatos si se excedían en los tiempos (mayores a dos minutos) y lo aplicó.
Hizo preguntas incisivas a ambos candidatos y en caso de encontrar una inconsistencia en el discurso, persistía.
Biden negó que prohibirá el fracking, las pruebas lo contradicen
En el caso de Biden, este aseguró que nunca ha dicho que prohibirá el fracking. Trump insistió que existen videos donde lo afirma y Biden lo negó.
Se defendió alegando que solo lo prohibiría en tierras federales. No obstante, usuarios en Twitter no tardaron en publicar compilados de videos donde Biden asegura que eliminará el fracking y el carbón.
De hecho, su compañera de fórmula, Kamala Harris, aparece diciendo “no hay duda que estoy a favor de prohibir el fracking”.
Biden just challenged Trump to put up the tape where he says he supports banning fracking.
Trump says he will put it up.
Here you go. pic.twitter.com/2TIXm0lu6G
— Ian Miles Cheong (@stillgray) October 23, 2020
Ese punto fue favorable para Trump. Sin embargo, Biden apeló al sentimentalismo, frente al cual Trump no estuvo a la altura.
La moderadora preguntó sobre las comunidades que viven cerca a los pozos petroleros y cómo sufre su salud por la contaminación.
Biden compartió una historia personal sobre el impacto ambiental y Trump optó por decir que las comunidades aledañas producen más dinero.
Si bien es cierto, se mostró un poco insensible ante dichas comunidades y eso le podría afectar entre los indecisos.
No obstante, los simpatizantes de Trump lo valoran precisamente por su crudeza y su frontalidad, como cuando exclamó: “ahora tenemos independencia energética, no necesitamos ir a la guerra con países productores”.
Pues con él (acorde con su campaña de 2016) se terminó la era de EE.UU. como alguacil del mundo.
Biden promueve sistema de salud socialista
Por ejemplo, cuando llamó al programa de salud socialista, la moderadora incluso le insistió a Biden que explicara cómo sería socializado.
Trump, por su parte, apuesta por la iniciativa privada y la libertad de elegir para los ciudadanos. Pretende revocar el “Obamacare”. Este tema desató la ira del Partido Demócrata, ira que también desataron sobre la candidata para la Corte Suprema.
Los demócratas del Comité Judicial del Senado boicotearon la votación. Como acto simbólico, en lugar de votar, colocaron fotografías tamaño póster de estadounidenses que, según ellos, se verían perjudicados por la juez Amy Coney Barrett.
Trump es el presidente que más ha hecho por los negros, desde Lincoln
Uno de los temas más álgidos fue la tensión racial que vive el país, frente a lo cual Trump respondió: «soy la persona menos racista en este salón».
Reprochó cómo las leyes creadas por Joe Biden contra la criminalidad en EE.UU. han perjudicado sobre todo a la población negra masculina.
Biden reconoció sus errores de su pasado como senador y prometió enmendarlos. Ante esto Trump le contestó: “tuviste ocho años (como vicepresidente de Obama) para cambiarlo y no lo hiciste”.
Previo a la pandemia, la administración Trump llevó al desempleo a su nivel más bajo en la historia, 3,5 %, y benefició sobre todo a la comunidad negra e hispana. Esto fue posible gracias a la reforma en materia de impuestos por parte del gobierno.
Biden queriendo subir el salario mínimo y la respuesta de Trump
Lo opuesto a los planes de Joe Biden. Cuando la moderadora sugirió aumentar el salario mínimo como opción para palear la crisis laboral post-pandemia, Biden dijo que se debe subir y que no hay evidencia de que haga daño.
Pero sí lo hay. Según las estimaciones de la CBO (Oficina de Presupuesto del Congreso, por sus siglas en inglés), subir el salario mínimo a $15 dólares a nivel federal podría dejar sin trabajo a un millón de personas como mínimo y a 4 millones como máximo.
La CBO concluye que una ley de salario mínimo federal haría que los ingresos familiares cayeran en términos reales en unos $ 8 000 millones (en dólares de 2018) y, en igualdad de condiciones, llevaría a más de un millón de personas más por debajo del umbral de pobreza.
Trump, en cambio, dijo que no debe haber un salario mínimo a nivel federal. Pues complicaría el proceso de contrataciones y haría que aun más empresas de las que ya han quebrado por la pandemia sigan cerrando.
Entonces la moderadora resaltó cómo el presidente dijo anteriormente que lo consideraría. Y asintió que sí, lo tendría presente pero no como una medida federal sino como decisión de cada estado.
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Biden intentó mostrar empatía con los trabajadores, ofreciendo más dinero en un momento crítico. Sin embargo, lo hizo sin considerar cómo un salario mínimo elevado reduce las probabilidades de ser contratado y cómo la evidencia muestra que causa más mal que bien, en particular a los más pobres.
Fue ese sentimentalismo el que guió el debate del exvicepresidente, lo opuesto al discurso racional de Donald Trump.
Como hombre de negocios, Trump busca resultados, no apela a la diplomacia ni busca congraciarse con sus detractores. Solo hace y resalta sus logros.