Con pocas posibilidades de aplastar el liderazgo de la opositora, María Corina Machado, el régimen de Nicolás Maduro, la involucra en la planificación de un supuesto magnicidio. La estrategia surge con el fin de fracturar la confianza de los electores hacia la dirigente del partido Vente Venezuela, en el camino a las presidenciales a celebrarse en julio.
A la dictadura no le basta la imposición de una inhabilitación inconstitucional a Machado que le impide competir por cargos públicos hasta 2036. La meta es destrozar su imagen que crece en popularidad. Sin embargo, vincularla a un magnicidio es sólo la secuencia de un libreto más en desarrollo desde Miraflores con falsos testimonios.
- Lea también: María Corina pide a Noruega extremar apoyo para garantizar elecciones libres
- Lea también: Solo los tiranos respaldan incondicionalmente a Maduro
Esta vez, Maduro utilizó para fraguar la acusación contra Machado a José Gregorio Montiel García, un joven militar de 30 años, ascendido a primer teniente en 2023 y apresado después de su nombramiento por presuntamente conspirar para asesinarlo en La Viñeta, su residencia oficial. La dictadura lo vinculó como colaborador de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) y la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Bajo amenaza chavista
Según un reporte de Infobae, el uniformado fue obligado, frente a su esposa e hijo, a leer un texto y grabar un video donde delataba el supuesto apoyo que María Corina Machado le ofreció por atacar a Maduro y su ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, en su domicilio oficial.
En el audiovisual, Montiel también menciona bajo la amenaza de perder a su familia, al mayor general Clíver Antonio Alcalá Cordones, del ejército venezolano, como el cabecilla de la operación. El señalamiento se hace a pesar de que este oficial se encuentra detenido desde hace cuatro años en Estados Unidos luego de entregarse a la DEA en Colombia en marzo de 2020.
“El objetivo era muy claro atacarme y asesinarme en una reunión en La Viñeta. En el plan tenían atacar al general Padrino y atacarme a mí cuando estuviéramos los dos”, afirma Maduro.
La misma novela de siempre
El magnicidio es el relato recurrente de Maduro desde 2018, cuando dos drones estallaron en las proximidades de una tarima donde presidía un acto con militares. Desde entonces, no para. Sólo el año pasado la instaló en cuatro oportunidades. Ahora, propició las condiciones para lanzar de nuevo este supuesto atentado usando a Montiel, quien trabajaba en el Batallón de Custodia del Fuerte Tiuna, la principal instalación militar de Venezuela.
Según lo informado por la periodista Sebastiana Barráez en su reportaje, el régimen lo nombró abruptamente como jefe de seguridad en La Viñeta y posteriormente lo reubicó en el estado Anzoátegui, con el fin de reclutar posibles candidatos para la Guardia de Honor Presidencial, sin ofrecer ninguna explicación al respecto.
La movida generó dudas en Montiel, quien transmitió al sargento de primera Jonathan José Abache Fuenmayor su inconformidad. Sin embargo, este último funcionario tenía nexos con Alexander Granko, jefe de la Dirección de Asuntos Especiales (DAE) de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) del chavismo, y además de filtrar las quejas del acusado, negoció con la institución para ser otro testigo que avala la hipótesis de la supuesta operación.
En un video publicado por el Ministerio Público, Abache asegura que recibió una llamada de Montiel, donde le manifestó que quería secuestrar a Maduro junto a Padrino López, en un tanque de guerra y tras asesinarlos transar la liberación del comandante Igbert Marín Chaparro, que se encuentra en la sede del DGCIM.
La traición
En sus testimonios, Abache asegura que “la señora…” en referencia a María Corina Machado, los respaldaría. Su audacia terminó en desgracia. Abache ya recibió una condena de 25 años, los cuales cumple en la cárcel El Rodeo, donde sólo reciben visitas a través de un vidrio por 20 minutos y carecen de condiciones sanitarias.
Montiel permaneció en desaparición forzada durante meses, hasta diciembre cuando llamó a su familia y notificó que le permitirán recibir visitas. “Solo quería ser un buen oficial, lo degradaron y perdió la carrera. Le quebraron la voluntad luego de detenerle a la mujer con el niño varias veces”, dijo una fuente a Infobae.
Mientras tanto, la líder de la oposición venezolana pidió a Noruega, en su condición de mediador entre la oposición y el chavismo, extremar su apoyo para garantizar que el 28 de julio se celebren unas presidenciales “libres y justas”.