El régimen iraní agiliza los trámites para concretar la ejecución de 43 manifestantes que han participado en las protestas que se desataron tras la muerte de la joven kurda, Mahsa Amini, detenida por la Policía Moral por llevar mal colocado el velo. El Poder Judicial los culpa de incitar una “guerra contra Dios y del orden islámico”.
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En la lista de quienes enfrentan una ejecución inminente destaca el futbolista Amir Nasr-Azadani, según un reporte de CNN basado en documentos, videos, testimonios de testigos y declaraciones de ciudadanos iraníes, además de datos obtenidos por el grupo activista 1500Tasvir.
Con este número de víctimas, el régimen iraní acumularía 45 muertes al sumar el ahorcamiento en público de Mohsen Shekari en Teherán y Majidreza Rahnavard en Mashad, hace dos semanas, cuando ambos sólo tenían 23 años.
La plaza de la tortura
El temor ante las ejecuciones que acelera el régimen iraní convirtió a la plaza Shahid Alikhani, ubicada en la ciudad de Isfahan, en el centro de peregrinación de los simpatizantes del futbolista Nasr-Azadani, quienes rechazan la instalación de una plataforma de tortura en el centro del lugar.
Nasr-Azadani cayó en la lista de condenados por defender públicamente los derechos y libertades de las mujeres en Irán. Al deportista que ha sido talento del Sepahan Sport Club de Isfahán, equipo que forma parte de la Irán Pro League, conocida actualmente como Copa del Golfo Pérsico -máxima categoría del fútbol profesional- aparece acusado de participar en el asesinato de tres oficiales de seguridad, incluidos dos miembros voluntarios de la milicia Basij, durante las protestas en Isfahan del pasado 16 de noviembre, según la agencia estatal iraní IRNA.
De hecho, el presidente del Tribunal Supremo de la ciudad, Asadullah Jafari, dijo que Nasr-Azadani reveló que le atribuyen el delito llamado “moharebeh” que implica propagar la corrupción en la Tierra.
Juicios falsos
A través de procesos judiciales exprés, el régimen resolverá las condenas, según indican grupos defensores de los derechos humanos. Lo harán con “confesiones” viciadas y obtenidas bajo tortura contra los acusados en juicios falsos,reseña CNN.
La perversa práctica genera cuestionamientos del ayatolá expresidente del Tribunal de Justicia iraní, Morteza Moghtadai, quien en una entrevista concedida a la agencia de noticias iraní ILNA, aclaró que “los manifestantes protestaban por sus derechos. Pero las fuerzas de seguridad les impidieron ejercerlos”.
En su intervención citada por la agencia DW insistió en que “una condena a muerte presupone un asesinato” y a los procesados no se los ha comprobado ninguno. Por lo cual, “el Poder Judicial está perdiendo su credibilidad”, advirtió el profesor de Derecho Penal Mohsen Borhani. “Más de la mitad de la sociedad ya no les cree” porque “la ‘guerra contra Dios’ debe ser probada, pero los manifestantes son condenados en juicios sumarios. ¿Dónde están las pruebas?”, se preguntó.