La dictadura cubana está del lado de Rusia en la guerra contra Ucrania. Sin embargo, mientras Díaz-Canel y sus aliados toman este bando, tres de los nueve cubanos retenidos en una prisión para migrantes irregulares en la localidad de Nikoláyev —a 200 kilómetros de Kiev— están dispuestos a combatir a las fuerzas invasoras de Vladímir Putin.
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Desde las ventanas de la cárcel son testigos de los abusos militares del contingente de Moscú que pretende tomar al país. En las celdas escuchan los estruendos de las explosiones, el lanzamiento de misiles y captan las secuencias de las maniobras áreas con sus teléfonos móviles.
Eso los motiva a querer levantar fusiles contra el aliado de La Habana, el cual perpetuó al comunismo en la isla con “cooperación estratégica” desde la época de la Unión Soviética a cambio de petróleo.
“Le dijimos al director del penal que nos dieran fusiles AKM, que estábamos en disposición de pelear por esta patria, porque íbamos a pelear contra el comunismo”, dijo Diosdeny Santana a Radio Televisión Martí, un joven que funge como activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) citado por Diario Las Américas.
No hay motivos para el ataque, afirmó el joven de 26 años. Junto a Santana, José Antonio González Corrales y Luis Alberto González Pérez, Luis Miguel Reyes Romero, María Fernanda Morejón Ramírez, Yosiel Hernández Ramírez, Raicel Cedeño, Iris Dali Tobal y Rannelys Trujillo Gort forman el grupo de retenidos por ingresar a Ucrania procedentes de Rusia sin documentación.
Su destino es Serbia. Allá esperan llegar. “Nosotros vemos las cercas temblar y tiembla esto aquí también. Estamos enfermos de los nervios todos”, dijo Luis Alberto González, quien dejó en Cuba a sus hijos y a sus padres.
En resistencia
Hasta ahora ninguno de los 300 cubanos residentes en Ucrania ha solicitado a la embajada de la isla un vuelo de evacuación. Volver no parece estar en sus planes a pesar de la catástrofe humanitaria que Rusia desató en el país europeo.
Al contrario, huyen —como los demás— por vía terrestre a países vecinos. La embajadora cubana en Ucrania, Natacha Díaz, admitió a Diario de Cuba que «para hacer un vuelo primero se necesita tener una solicitud de quienes se quieran evacuar, y esa solicitud no la hemos tenido. En cuanto haya alguno que nos traslade eso comenzaremos las gestiones, pero no ha sucedido».
La diplomática de Miguel Díaz-Canel reconoció que no tiene la capacidad para llamar o contactarlos pero están «abiertos a que llamen para darles nuestras sugerencias, nuestros consejos, y apoyar en todas las problemáticas que nos trasladan».
Isla cómplice
Por no hablar inglés, ni ninguna lengua eslava, los cubanos retenidos en Ucrania tienen negada su petición de ir al campo de batalla. Mientras tanto, en La Habana cualquier acto de solidaridad con la nación y que vaya en contra de la posición de Rusia está vetado.
Un ejemplo de ello ocurrió recientemente cuando la Seguridad del Estado detuvo al activista de derechos humanos, Pablo Delgado, por dejar flores a la Embajada de Ucrania en la isla, institución que se ubica en la Quinta Avenida.
Una patrulla policial lo siguió y le pidió los documentos. Breves minutos después regresó a su vivienda donde varios uniformados llamaron a su puerta y le dijeron que tenía que acompañarlos a la Séptima Estación. En el lugar lo esperaban dos oficiales y un coronel que se presentó como Mario de Villa Marista. “Me amenazaron y me pusieron una carta de advertencia que no firmé”.
La intimidación es para la población, considerando que las embajadas de Polonia y España en Cuba se iluminan con la bandera de Ucrania cada noche.
En solidaridad con #Ucrania 🇺🇦, la Embajada de Polonia 🇵🇱 participa en la iniciativa de las embajadas de #UE 🇪🇺en #Cuba. Expresamos nuestro apoyo al pueblo ucraniano y expresamos un profundo repudio y rechazo a la agresión rusa al país vecino. Слава Україні!#StandWithUkraine️ pic.twitter.com/fxsrX2Mgvs
— PLinCuba (@PLinCuba) March 7, 2022