
Dice el libro de los Macabeos, en su versículo 19 del capítulo número 3 que, en la guerra, el triunfo no lo otorga el mayor número de soldados, sino que lo brinda “la fuerza que viene del cielo”. No hace falta hacer una lectura religiosa para llegar a la conclusión de que a veces el número mayoritario (y el despliegue armamentístico) no es garantía de una victoria inmediata.
Aunque con Rusia y Ucrania puede pasar cualquier cosa, al día de hoy podemos estar de acuerdo con que la invasión, definitivamente, no resultó ser para Vladímir Putin tan sencilla como pensaba en un comienzo. La resistencia, que pueda no ser suficiente para evitar la entrada de los soldados rusos a Kiev, sí fue sólida como para que la demora de la conquista obligue a occidente a multiplicar las sanciones y el aislacionismo económico a un Putin, complicadísimo en el mediano y largo plazo.
Según un artículo publicado este domingo en el Wall Street Journal, Rusia acudió a mercenarios sirios para terminar de conseguir sus objetivos en Ucrania. Sí, a pesar de la famosa ventaja de “10 a 1” de la que hablaban todos los medios al inicio de la invasión. Putin tiene un activo con Bashar al Assad, ya que sus soldados rusos ingresaron a Siria en 2015 para apoyar al dictador en el marco de sus conflictos domésticos. Aunque no se sabe cuántos sirios se sumarán a las fuerzas rusas en Ucrania, las fuentes norteamericanas aseguran que muchos ya se encuentran en Europa del este.
Aunque la excusa para justificar la “importación” de sirios para luchar en las inmediaciones de Kiev está relacionada con la inexperiencia de los soldados rusos en conflictos urbanos, es imposible dejar de lado las críticas de los mismos desertores y los videos de los combatientes rusos, que cayeron prisioneros de las fuerzas de defensas ucranianas. Los denominadores comunes de los jóvenes soldados son contundentes: denuncian que fueron engañados por Putin, reconocen que les dijeron que los civiles ucranianos los recibirían como “libertadores” y le piden a la opinión pública en Moscú que no se deje “lavar la cabeza” por el gobierno.
Dudas sobre la utilidad de los mercenarios sirios
Aunque varios especialistas consideran que la llegada de los hombres de al Assad incrementará las problemáticas interregionales en Medio Oriente y otorgará nuevos centros gravitacionales para las agrupaciones mercenarias, otros consideran que la adquisición de Putin para terminar el trabajo no será de lo más eficiente.
Charles Lister, experto en Siria del Instituto de Medio Oriente de Washington, aseguro que llevar sirios para pelear en Ucrania “es como traer marcianos para luchar en la luna. Para el especialista, diferencias como las del idioma y el ambiente serán verdaderas complicaciones para los milicianos, a los que Rusia les estaría pagando entre 200 y 300 dólares por los próximos seis meses.