Grupos de defensa de los derechos de los animales como PETA recaudan millones de dólares al año y se dedican a verter sangre artificial sobre los abrigos de piel de los famosos. Otros grupos más radicales, como el Frente de Liberación Animal, incendian restaurantes que venden carne y queman laboratorios de investigación.
Pero un nuevo informe del White Coat Waste Project (WCW), un grupo defensor de los derechos de los animales basado en el libre mercado, indica que estas organizaciones probablemente deberían dirigir su furia hacia un culpable mucho mayor: el gobierno.
- Lea también: EEUU también dejó 51 perros del ejército a merced de los talibanes
- Lea también: PanAm Podcast: ¿Tienen derechos los animales?
Así es. La investigación indica que el gobierno federal es en realidad responsable de la gran mayoría de la crueldad hacia los animales en el país. Según WCW, el gobierno gasta millones de dólares de los contribuyentes todos los años en laboratorios de animales que llevan a cabo pruebas poco éticas en animales a través de subvenciones, contratos y experimentos dentro de sus propios laboratorios.
En un nuevo informe, Up In Smoke, WCW expone aún más estas prácticas corruptas. En particular, detallan los millones de dólares de los contribuyentes que ha gastado el gobierno recientemente en experimentos con cannabis y cigarrillos electrónicos usando animales y las rampantes violaciones de la ley federal de transparencia de gastos que se cometieron en el proceso.
En uno de los experimentos, “se confinó a ratones preñados en una cámara, donde se les obligó a respirar vapor de cigarrillos electrónicos durante horas”. Según el informe, “después de dar a luz, sus crías fueron sometidas a pruebas de comportamiento y luego fueron sacrificadas y sus cerebros analizados”. Sin embargo, los experimentadores reconocieron abiertamente las diferencias significativas entre el desarrollo del cerebro de los roedores y el de los humanos”.
Otro experimento obligó a los ratones a respirar una variedad de vapores de cigarrillos electrónicos con sabor para “estudiar los efectos del vaping en el corazón”. Pero, sobre todo, los autores dijeron que “hay que tener precaución a la hora de extrapolar los hallazgos en el corazón de los ratones al corazón humano debido a la presencia de muchas diferencias obvias, incluidas las relacionadas con importantes diferencias entre especies”.
Así que, en resumen, nuestro gobierno ha estado utilizando ratones sin razón aparente: ni siquiera están produciendo investigaciones que puedan mejorar la salud humana.
También hay otros problemas detallados en el informe. Por ejemplo, la Enmienda Stevens es una antigua política federal que requiere la divulgación pública del dinero de los contribuyentes gastado, sin embargo, WCW informa que ni un solo experimento detallado en su informe cumplía con esa ley.
Un problema perenne
Esta es la segunda vez en menos de un año que salen a la luz experimentos abusivos con animales por parte de nuestro gobierno. Hace apenas unos meses se reveló que los Institutos Nacionales de Salud (NIH) del Dr. Anthony Fauci concedieron un subsidio a un laboratorio en Túnez para torturar y matar a cachorros beagle para experimentos científicos.
Estas revelaciones son escalofriantes. Pero realmente no sorprenderán a nadie que esté mínimamente familiarizado con las prácticas de nuestro gobierno.
Aunque nuestros fundadores pretendían que Estados Unidos fuera un bastión de los derechos humanos y de la ética, décadas de gasto desenfrenado con poca responsabilidad han generado un sistema federal en expansión que es cualquier cosa menos eso. Vemos a este leviatán bombardeando a civiles inocentes en otros países, persiguiendo a periodistas y denunciantes que dicen la verdad sobre las acciones del gobierno y condenando a miles de estadounidenses inocentes a cadena perpetua por delitos no violentos. ¿Es de extrañar que tampoco valoren la vida de los animales? Difícilmente.
También hay una cruel ironía aquí. Mientras el gobierno encierra a los ciudadanos estadounidenses en la cárcel por consumo de cannabis con su mano derecha, se da la vuelta y droga a los animales con el mismo producto con la izquierda.
Como dijo una vez el economista Ludwig von Mises, “los peores males que ha tenido que soportar la humanidad fueron infligidos por malos gobiernos”.
Este informe es una prueba más de lo que muchos en el campo libertario saben desde hace tiempo: el gobierno es la verdadera fuente de la mayor parte del mal en este mundo. Pero, a diferencia de lo que ocurre cuando los individuos hacen algo malo, los actores gubernamentales apenas rinden cuentas cuando llevan a cabo acciones que nos llevarían a la cárcel al resto de los mortales.
Este artículo fue publicado inicialmente en FEE.org
Hannah Cox es Gerente de Contenido y Embajadora de Marca de la Fundación para la Educación Económica.