Londres, 25 mar (EFE).- La escritora británica Joanne K. Rowling respondió este viernes a las críticas lanzadas por Vladímir Putin sobre la cultura de la cancelación occidental, de la que ella ha sido víctima, y descartó que exista una comparación con la situación que enfrenta Rusia, como lo quiso hacer ver el jefe del Kremlin. La escritora de Harry Potter estableció las diferencias subrayando que el mandatario ruso está perpetrando una “matanza de civiles” en Ucrania y envenena a sus críticos.
Putin lamentó la “progresiva discriminación de todo lo que tiene que ver con Rusia” en algunos países occidentales, incluyendo la suspensión de conciertos con piezas de compositores como Piotr Chaikovski, Dmitri Shostakóvich y Serguéi Rajmáninov.
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“Es imposible imaginar algo así en nuestro país”, afirmó el presidente ruso durante un encuentro televisado con funcionarios del ámbito cultural.
Putin dijo que “no hay lugar para la intolerancia étnica” en Rusia, “donde durante siglos han vivido juntos representantes de docenas de grupos étnicos”.
El jefe de Estado ruso se refirió asimismo a la autora de la saga de Harry Potter, que ha sido “cancelada” porque “no satisfacía las demandas sobre derechos de género”.
En respuesta a esa mención, la escritora esgrimió en Twitter que “aquellos que están perpetrando una matanza de civiles” y que “encarcelan o envenenan a sus críticos” no son los más indicados para poner objeciones sobre la cultura de la cancelación en Occidente.
Critiques of Western cancel culture are possibly not best made by those currently slaughtering civilians for the crime of resistance, or who jail and poison their critics. #IStandWithUkraine https://t.co/aNItgc5aiW
— J.K. Rowling (@jk_rowling) March 25, 2022
Rowling incluyó en su mensaje un enlace a una noticia sobre la encarcelación del opositor ruso Alexéi Navalni, que en agosto de 2020 fue envenenado con un agente nervioso conocido como Novichok, una sustancia química de origen soviético.
La autora británica ha sido señala de supuesta “transfobia” en las redes sociales por sus comentarios sobre cuestiones de género. En 2020 firmó una carta abierta contra la “cultura de la cancelación” y en favor de la libertad de crítica junto a otros autores como Salman Rushdie y Margareth Atwood.