Mencionábamos hace unos días cómo los medios de comunicación en Colombia están en manos de la progresía, y que tomar decisiones desde el Ejecutivo en ese sentido no es fácil, ya que si estas no van acorde con el coro mediático de turno, las turbas digitales se vienen encima generando un “bullying” por incomodar a la izquierda.
Caso similar ocurre con la Fiscalía General de la Nación que dio a conocer a través de su cuenta en Twitter la imputación de cargos al exgobernador del departamento de Antioquia y excandidato presidencial, Sergio Fajardo.
Fajardo, además de jefe de la administración departamental, fue el ordenador del gasto, firmó el contrato y el pagaré que garantizaba el empréstito. Dicho contrato implicó el desembolso de 77 millones de dólares para realizar sustitución de deudas con otros bancos.
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) March 31, 2021
Avalancha progresista en redes sociales contra la Fiscalía
Este hecho redundó en que la izquierda en bloque, desde sus diferentes trincheras apareciera en redes sociales quejándose, tanto Humberto de la Calle, como Gustavo Petro, pasando por Ángela María Robledo y Katherine Miranda. Como también la progresía que se encuentra en partidos como el Centro Democrático, como es el caso de Gabriel Santos.
Todos, perfectamente coordinados salieron a aullar en coro.
De igual forma diarios como El Espectador, desplegaron titulares bastante parcializados como El mundo político rodea a Sergio Fajardo ante la imputación de la Fiscalía, o El Tiempo publicó un subtitulo bastante particular: “Es una decisión peligrosa para nuestra democracia“, alerta Enrique Peñalosa.
¿Qué mensaje nos envían los medios y políticos con esta “queja”?
El mensaje es bastante claro, si usted es político, y es de izquierda, usted es intocable para la justicia en Colombia. No puede ser que un político de izquierda sea imputado y muchísimo menos directamente por la Fiscalía General de la Nación.
Y claro, la “democratitis” aguda, que le hace decir a algunos incautos que por el respeto a la democracia, hechos como los que pretende perseguir la Fiscalía no pueden ocurrir.
Pero, ¿cuál es la realidad y qué sigue?
La realidad es que 77 millones de dólares le hacen muchísima falta a la nación. No es una cifra menor, teniendo en cuenta las realidades de pobreza del pueblo colombiano. No hubo ni un solo político que dijera: “Necesitamos saber qué paso con los 77 millones de dólares para realizar sustitución de deudas con otros bancos que utilizó Sergio Fajardo”. O que señalara: “queremos que se vaya hasta las últimas consecuencias en la investigación de los actos del exgobernador de Antioquia por su presunto peculado por un préstamo con un banco”. Ninguno.
En este caso, el ente acusador anunció la imputación por los tipos penales: peculado por apropiación en favor de terceros agravado y contrato sin cumplimiento de requisitos legales, que le imputará una fiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia.
Esta es una diligencia supremamente común en la realidad política colombiana, que busca ser mediamente controlada por las llamadas “ias”: Fiscalía, Contraloría, Procuraduría.
Lo que sí hay que esperar es que las investigaciones esclarezcan los hechos y que la justicia sea respetada por todos los ciudadanos en Colombia, incluidos los militantes de las izquierdas, por supuesto.