Mientras que Hizbulá opera como grupo terrorista en el Medio Oriente, en Occidente mantiene operaciones que van desde el tráfico de drogas hasta el lavado de dinero. Todo esto con el apoyo del régimen de Nicolás Maduro.
Un nuevo informe publicado por el Atlantic Council reveló que el grupo extremista suele mezclar sus operaciones legítimas con sus actividades ilícitas; y señala además que Irán «está usando el mismo modelo en Venezuela que en Siria».
El estudio también revela cómo el grupo terrorista ha ayudado a convertir a Venezuela en un centro de convergencia. Sobre esto Joseph Humire, experto en seguridad hemisférica, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura y autor del informe, señaló que «Irán y el régimen de Maduro son estados criminalizados: usan el terrorismo y el crimen transnacional como una extensión de su política exterior».
Nacionalización de iraníes
El informe del Atlantic Council explica que los regímenes de Hugo Chávez y Maduro buscaron ocultar la relación con Hizbulá otorgándole identidades a los iraníes que ayudaron a construir una red clandestina que proporciona inteligencia, entrenamiento, fondos, armas, suministros y conocimientos técnicos.
Los autores del informe señalaron que la relación Venezuela-Irán es peligrosa más por la financiación al terrorismo que por el reclutamiento de terroristas.
Clanes familiares
El reporte también señala que Hizbulá «opera a través de estructuras de clanes familiares compartimentadas que se integran en la economía ilícita controlada por el régimen de Maduro y en el aparato político y la burocracia del régimen».
«Para entender estos clanes, uno tiene que entender cómo los regímenes corruptos fusionan las actividades ilícitas y las funciones del Estado, usando el terrorismo y el crimen transnacional como una extensión de sus políticas exteriores», señaló Humire en la conferencia.
El diario El Tiempo reseña que entre esos clanes se destaca el Saleh, que, según se detalla en el informe, controló por años el mercado ilícito de tráfico de drogas, armas, contrabando y lavado de dinero en Maicao, Colombia.
«El informe recoge testimonios de Maicao que apuntan a que los hermanos Ali y Kassem Mohamad Saleh huyeron a Venezuela en 2012 tras ser sancionados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, y se habrían establecido en Maracaibo, la capital del estado Zulia, fronterizo con Colombia, donde ahora trabajarían con otro importante clan libanés enquistado en la burocracia del régimen de Maduro», señala el diario colombiano.
Otro clan familiar mencionado es el de Nassereddine (también escrito Nasr al-Dine): Ghazi y Abdallah Nassereddine se han desempeñado como fixers de Hezbollah. «Ghazi fue encargado de negocios en la embajada de Damasco, en Siria; y Abdallah coordinador del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en el estado Nueva Esparta».
Estos clanes, además, harían parte de una «red de amenaza transregional» que no solo apoya las actividades ilícitas de Hizbulá, sino que establecen una base logística en Venezuela que le permite al régimen de Maduro y grupos criminales asociados, como las disidencias de las Farc y la guerrilla del ELN, expandir sus operaciones.
En una entrevista para el Panam Post, Humire ya había revelado cómo operan Irán y Hizbulá en América Latina, pero sobre todo en Venezuela. Humire se ha especializado en el conflicto del Medio Oriente y ha participado como testigo clave en atentados terroristas en el Perú.
«Irán y Hizbulá están en América Latina desde, prácticamente, el inicio de la revolución iraní, pero en 2005 se juntaron con la alianza bolivariana (ALBA); a medida que creció el ALBA creció la presencia iraní y de Hizbulá», explicó.
Humire explicó que a partir de 2007 Irán incrementó su presencia militar, principalmente en Bolivia, que se convirtió en uno de sus socios estratégicos de la región junto al régimen de Maduro. «Empezaron a incrementar su presencia militar, pero no en la forma convencional con tropas, sino con ingenieros técnicos, personas que son parte de la industria militar iraní», señaló.
Las piezas clave que mantienen a Hizbulá en el país
Aunque es imposible contabilizar cuántos miembros iraníes y del grupo terrorista hay en Venezuela, sí ha sido posible identificar al menos a dos piezas clave que fomentan las labores clandestinas. El primero es Ghazi Nasr al Din, quien se encuentra en Venezuela, fue diplomático de Maduro, ministro consejero de Venezuela en Siria y además tiene un «clan familiar» con poder económico dentro del país suramericano. En 2016 aparecía en el Consejo Nacional Electoral como elector desde Damasco en Siria, pero ahora aparece como elector en Caracas.
En 2008 Estados Unidos sancionó a Nasr al Din por facilitar la conexión entre Hizbulá y la tiranía venezolana, y en 2015 fue calificado como una persona de interés para el FBI. «Él llegó a Venezuela en los años 90, ascendió a la Cancillería, fue diplomático y fue enviado a Siria para ser ministro consejero en Siria, estuvo principalmente encargado de la embajada en ese país y antes de la guerra civil en Siria en 2011, él estaba en Damasco conectando las redes subversivas que existen en Siria con las redes subversivas de Venezuela y con el Líbano», explicó el especialista.
Nasr al Din «es descendiente libanés y es considerado como el principal nexo contacto con el gobierno de Venezuela y Hizbulá. Trabajó con Nicolás Maduro cuando fue canciller y también era prácticamente los ojos y oídos de El Aissami en el Medio Oriente durante mucho tiempo», agregó.
Humire señaló que el clan familiar al que pertenece Nasr al Din es grande. «Tiene familiares que se radicaron mayormente en la isla de Margarita, Barquisimeto y la Guajira. En Margarita tienen loterías, centros comerciales y grandes inversiones en la isla y por lo tanto ayudaron a Hugo Chávez en su campaña antes de que llegara a ser presidente», explicó.
Este aliado del chavismo «está en Venezuela, pero se mueve mucho, a veces está en Colombia, República Dominicana, en México. Está bajo sanciones de Estados Unidos y está siendo buscado por el FBI, pero no está solicitado por la Interpol. Tiene tanto poder que fue una de las principales personas encargadas de diseñar el sistema migratorio que Venezuela utilizó para aportar pasaportes a Hizbulá», agregó Humire.
Según la revista brasileña Veja, fuentes declararon en 2015 que Nasr al Din presuntamente mantenía una red de fabricación y distribución de pasaportes venezolanos auténticos que eran proporcionados para ocultar las verdaderas identidades de los terroristas.
En el libro Búmeran Chávez se revela, de acuerdo con testimonio de Rafael Isea -entonces viceministro de Finanzas y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes)-, quien estuvo presente en la reunión que se realizó en Damasco en el año 2007 entre Maduro -para entonces ministro de Relaciones Exteriores-, y el jefe de Hizbulá, Hassan Nasrallah, líder del grupo terrorista, donde se firmó un pacto que amparaba actividades de narcotráfico, blanqueo de dinero, suministro de armas y entrega de pasaportes, así como el despliegue de células de esa organización radical chiíta en Venezuela.
Las gestiones de Hezbolá en Venezuela
Humire explicó a Panam Post que Hizbulá realiza labores de inteligencia en Venezuela de manera clandestina y que la mayor parte del personal es de «muy alto nivel con mucha capacidad».
«Hezbolá es clandestino, y en Venezuela parte del problema es que como tiene un sistema migratorio completamente oscuro, yo no descarto que sea posible que miembros del gobierno venezolano, particularmente dentro de las fuerzas policiales o militares, sean también miembros de Hizbulá con una identidad completamente falsa», especuló el especialista
«Hay que recordar que cuando Tareck El Aissami estaba en el cargo de ministro de Interior con una misión bolivariana que se llamó Misión Identidad, al mismo tiempo era el encargado de la misión Seguridad con el que transformó el sistema de investigaciones criminales, y por lo tanto tendría lógica que haya podido usar esas dos misiones para combinar una plataforma para que Hizbulá entre al país y pase desapercibido», agregó.
Según Foreignpolicy, la Isla Margarita, ubicada frente a la costa de Venezuela, es un conocido centro criminal donde los miembros de esta organización terrorista ha establecido un refugio seguro.