EnglishEste sábado 28 de febrero, el gobierno de Guyana emitió una advertencia a Venezuela, exigiéndole que “desista de interferir” en sus esfuerzos de exploración petrolífera en aguas cuya soberanía aún es controvertida entre ambos países.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores ha solicitado que el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela desista de tomar cualquier acción que solo podría obstaculizar el desarrollo de Guyana y su gente, y que estaría en contravención del derecho internacional”, señaló el comunicado, emitido por la cancillería de Georgetown.
Guyana anunció que ya informó a la Comunidad de Naciones del Caribe (Caricom), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Organización de Estados Americanos, la Commonwealth y al secretario general de las Naciones Unidas “sobre esta acción reciente de parte de Venezuela”.
La exigencia del país angloparlante surge luego de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela manifestara, el 30 de diciembre de 2014, su malestar por las declaraciones emitidas por la canciller de Guyana, Carolyn Rodrígues-Birkett, sobre la situación limítrofe de ese país y Venezuela. En el texto, el gobierno venezolano alegaba que no se respetaron los canales de comunicación diplomáticos para solventar la situación de manera cordial.
El gobierno de Guyana otorgó a Exxon Mobil una concesión valorada en US$200 millones que permite explorar un pozo petrolero del campo Liza, a partir de este mes de marzo, en una zona que Venezuela reclama como suya.
El coronel Pompeyo Torrealba, exjefe de la Unidad Especial para el Esequibo en la Cancillería de Venezuela, dijo a PanAm Post que Venezuela no se opone a que Guyana se desarrolle, pero que el problema es la pretensión de ese país de explorar y explotar pozos petroleros en el área que corresponde a territorio Esequibo, que se mantiene en reclamación; explicó que primero debe definirse el área territorial para luego delimitar el espacio marítimo.
Venezuela perdería su salida al Atlántico
Sadio Garavini, doctor en Ciencias Políticas y profesor universitario, explicó a PanAm Post que Guyana quiere empezar a desarrollar y explorar su plataforma continental y su Zona Económica Exclusiva —área submarina—.
Explicó que Guyana ha fijado unilateralmente una línea que considera que debe ser la delimitación entre el territorio que considera suyo (la Zona en Reclamación) y Delta Amacuro (Estado oriental de Venezuela). Garavini explicó que esa línea está arbitrariamente inclinada hacia el oeste, de forma tal que cercena a Venezuela centenares de kilómetros cuadrados de su fachada atlántica.
“Perder la salida al Atlántico, significaría perder en lo económico centenares de miles de kilómetros cuadrados de áreas marinas y submarinas ricas en hidrocarburos y peces; y desde el punto de vista geopolítico, la salida libre al Atlántico es importante debido a que un barco venezolano no tiene que pasar por mares que tengan jurisdicción con otro país, es una salida libre hacia alta mar”.
Garavini considera que Venezuela primero debería declarar que la salida al Atlántico no es negociable; segundo, la marina militar debe seguir su patrullaje tradicional en esa área; y tercero, nombrar a un negociador a tiempo completo por Venezuela.
Guyana violaría el Acuerdo de Ginebra
La experta en derecho internacional María Teresa Belandria expresó que “quizás Guyana siente que el Gobierno venezolano no está dispuesto a ejercer otras acciones, como por ejemplo la que hizo la Armada venezolana contra el buque Teknik Perdana en 2013, cuando fue detectado en aguas venezolanas. Fue reenganchado según los protocolos y llevado al estado Nueva Esparta, donde fue retenido hasta quedar en libertad”.
Instó al Gobierno venezolano a ser “mucho más firme” y elevar una nota de protesta formal al Gobierno de la República Cooperativa de Guyana.
Para Belandria, Guyana “no tiene la potestad de pedirle a Venezuela no obstaculizar su desarrollo económico, debido a que es territorio en reclamación con aguas venezolanas”.
La internacionalista expresó que Guyana no puede otorgar concesiones para explorar o explotar algún tipo de minerales o de recursos que se encuentren en la zona de reclamación, por lo establecido en el acuerdo de Ginebra, ya que podría menoscabar los derechos de Venezuela.
Para Garavini este acuerdo tiene 20 años que no ha funcionado e informó que Guyana tiene intensiones de solventar la situación con un arbitraje ante la Corte Internacional de Justicia.
¿Socialismo a cambio de soberanía?
Durante su primer Gobierno (1999-2006) el fallecido presidente Hugo Chávez mantuvo la política de Estado de sus predecesores de defender la reclamación del territorio; pero todo cambió con una visita de Chávez, a Guyana en 2004. En su discurso, el 20 de febrero de ese año, Chávez dijo: “El asunto del Esequibo será eliminado del marco de las relaciones sociales, políticas y económicas de los dos países”.
Garavini afirmó que “Venezuela ha tomado una posición pasiva en la última década por la megalomanía del expresidente Chávez, y su ceguera ideológica”.
Expresó que los ideales socialistas de Chávez le impidieron pensar en los intereses permanentes del Estado venezolano en cuanto a su soberanía. Según Garavini, “el fallecido mandatario pensaba que la reclamación venezolana, desde un principio, había sido producto de que el imperio norteamericano quería desestabilizar al régimen de izquierda que gobernaba en Guyana”; lo calificó como “una tontería” porque en esa época Guyana era una colonia británica.
“Chávez quería tener una política exterior mundial, quería conseguir los votos del Caribe angloparlante, y por eso asumió una posición pasiva”, agregó.
Garavini aseveró que la situación se complica: “la mala relación y la hostilidad que el gobierno de Venezuela ha tenido con Estados Unidos ha hecho que el gobierno norteamericano, a través de su encargado de Negocios en Guyana, haya manifestado que reconoce el derecho de ese país de explorar su plataforma continental y que darían apoyo a la Exxon en su exploración”. El especialista explicó que esto no había sucedido antes porque el gobierno norteameticano había asumido una posición neutral.