Los españoles hemos asistido, incrédulos, pero impávidos, al desprecio a Argentina del gobierno comunista de Pedro Sánchez…
El jefe del Estado, Felipe VI, asistió a la toma de posesión del nuevo presidente de Argentina, don Javier Milei, pero no así el ministro correspondiente, que no era otro que el de Asuntos Exteriores.
Tal vez lo hicieron para que no quedara patente la altura del rey, y la bajura de ministro, pero creo que las razones no eran estéticas, sino de fondo: el odio hacia un presidente ampliamente votado por su pueblo, y sin la ayuda de INDRA…
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La Constitución del 78 establece en su art. 64, 1, que: “Los actos del rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes”.
Resulta obvio que el rey asistió como jefe de Estado, en representación de España, y debería haber ido con el ministro competente –aunque sea un incompetente-, lo que se llama el “ministro de jornada”.
Pues bien, a pesar de tener 22 ministros, muchos de ellos meramente decorativos, no asistió ninguno.
Creo que fue un secretario de Estado, el equivalente a un viceministro, pero ha sido un desprecio que Argentina no merecía, ni España y el rey, tampoco.
Un poco más, y delegan la representación del gobierno en el portero mayor de la Moncloa, en el supuesto de que exista ese cargo.
Argentina es una gran nación, amiga de España, y siempre lo ha sido, ya desde los tiempos en que el general Juan Domingo Perón mandaba barcos cargados de trigo y de carne, al debe, es decir, cuando se pudiera pagar.
He estado en Argentina, hace ya años, y conservo buenos amigos allí, y me consta por notoriedad la cercanía a España, la gran influencia que nuestra patria tiene allí, y el afecto que todos los argentinos tienen por nosotros.
Como me decían los argentinos, “ustedes no nos robaron, porque aquí no había oro ni plata, sino que nos aportaron la religión católica, su cultura”, etc.
El todavía presidente del gobierno es un experto en enemistarnos con otras naciones. Parece que lo hace a propósito, o es un patoso, lo que tradicionalmente llamamos un gafe.
Pero hará bien don Javier Milei, a quien deseamos los mayores éxitos en su difícil misión y empeño, en recordar que los españoles no somos como el gobierno que sufrimos, y que todo el pueblo español está con ellos.
Argentina no tiene plata, y España tampoco.
Aquí vamos aguantando, con los fondos de la Unión Europea, endeudándonos cada vez más, y siento pasto de los prestamistas y usureros internacionales, cuya raza no podemos nombrar, porque ya es delictivo.
En Argentina les ha sucedido, y les está pasando, lo mismo.
Por eso siempre digo que España iba camino de Argentina, pero ahora ya casi hemos superado a Argentina, y vamos camino de Venezuela, y a gran velocidad.
Sánchez cada día se parece más a Maduro.