Depende de a quién y en dónde le preguntes.
Para un colombiano afín a las ideas que con firmeza combatimos, somos financiados por el uribismo y la extrema derecha colombiana. También la extrema derecha nos financia según un simpatizante de Evo Morales. En Argentina han dicho de todo. Desde que somos peones del macrismo hasta, cuando con acierto hemos señalado las fallas de la administración de Mauricio Macri, amigos del kirchnerismo.
No se ponen de acuerdo. Por supuesto, las acusaciones más pintorescas vienen de Venezuela. Allá para todos algún interés oscuro nos controla. El chavismo, por supuesto, sin ninguna imaginación, se enmarca en la idea de que nos financia la extrema derecha, el uribismo, la CIA o algún empresario millonario de cuando en el país hubo democracia.
La presunta oposición venezolana que se ha sentido incómoda por nuestro trabajo también ha tejido sus interesantes teorías conspirativas. Por quizá coincidencia de ideas, como reconocimos en un editorial, dicen que detrás de nosotros quien está es María Corina Machado. Otros, más arrojados y divertidos, aseguran que realmente, muy, muy en el fondo, somos un medio chavista y que, al revelar las mañas en los partidos políticos presuntamente opositores y señalar los desaciertos, realmente, por alguna misteriosa razón, colaboramos con Nicolás Maduro.
Está Rafael Poleo. Ya demasiado viejo y senil. Cada cierto tiempo dice que detrás de nosotros están unos DF. No habla de la capital mexicana sino de unos supuestos «delincuentes financieros». Jamás ha dado nombres ni nada.
Sin embargo, el último ataque, o intento de desprestigiarnos, es el más revelador e interesante. Esta mañana un medio sancionado por el Gobierno de Estados Unidos, propiedad de uno de los criminales más buscados por Estados Unidos, cargó contra nosotros.
Lo curioso es el timing y el ataque. Hace unos días uno de nuestros columnistas, el joven costarricense Jovel Álvarez, publicó en su cuenta de Twitter un video de un valiente acorralamiento que hizo al líder del partido Acción Democrática, Henry Ramos Allup. Álvarez, asumiendo su responsabilidad como periodista, increpó a Ramos Allup por la trama de corrupción en la que se encuentra envuelto y que fue publicada por nosotros.
Hoy el medio Globovisión, cuyo propietario es Raúl Gorrín, publicó la siguiente información: «Desde [las cuentas del banquero Oscar García Mendoza] en Cayman National Bank and Trust y su entidad financiera en Miami, Novopayment Bank, salen pagos para mantener las operaciones de la dirigente María Corina Machado, el portal PanAm Post y sus trabajadores Orlando Avendaño y Jovel Álvarez, quienes figuran en la nómina de los ‘mercenarios’ dedicados a atacar al círculo cercano del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó».
Sin presentar una sola prueba y citando un artículo sin firma publicado en un medio irrelevante como Contexto Diario, Globovisión nos acusa a mí y a Jovel Álvarez de ser financiados por el narcotráfico y la corrupción para, quiero insistir, «atacar al presidente Guaidó».
Sé que cometo el error de referirme a un artículo al que nadie le ha prestado la mínima atención, sin embargo, para mí es imposible dejar de destacar que luego de que Jovel Álvarez, un periodista costarricense de apenas 22 años, publicara un video contra Henry Ramos Allup que se hizo viral, se lancen contra él. Resalto esto porque de mí ya estoy cansado que hablen. Pero a Jovel no lo habían involucrado en esas fantásticas tramas que arman.
Justamente ayer en la noche todos nos enteramos de que Raúl Gorrín, el dueño de Globovisión, era incluido en la lista de los más buscados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduana de los Estados Unidos. Un criminal que, no es ningún secreto, ha metido dinero en todos los bolsillos. Del chavismo y de la oposición.
A nosotros nos honra su mediocre y burdo acoso. No lograrán nada. Van contra un medio que ha jurado la defensa de la libertad y está compuesto por un staff de periodistas responsables, con ética y principios, que realmente cree en la causa y el oficio y jamás se dejaría sobornar.
Cito nuestro editorial del 30 de agosto de este año:
Fundamos el PanAm Post no como un negocio. Lo hicimos por vocación. En general, salvo poquísimas excepciones, nadie se hace rico con el periodismo y menos aún con el periodismo especializado como el nuestro. Quienes laboran en el PanAm Post lo hacen porque disfrutan lo que hacen, porque creen en el servicio del periodismo.
Plumas pagadas, aterradas de perder su modus vivendi, no nos amedrentan. Aquí seguiremos reportando la verdad sobre Venezuela y sobre el resto del continente.
Henry Ramos Allup, Raúl Gorrín y todos los socialistas de la región pueden dedicar todos sus recursos a intentar desprestigiarnos. Pierden el tiempo. En cambio, refuerzan nuestra convicción, mi convicción, en la responsabilidad que tenemos de hacer periodismo y, en consecuencia, ser los enemigos naturales de la corrupción. Todos esos que supuestamente nos financian, no lo hacen. Seguro Gorrín quisiera apoyarnos, así como ha logrado financiar a todo un mundo de medios y partidos opositores. Solo de esa forma, pensará, nos puede neutralizar. Es lo contrario.