La campaña presidencial para 2024 que aspira llevar adelante Joe Biden, el actual mandatario estadounidense, ya tiene un obstáculo enorme al cual enfrentarse. Se trata de su hijo, Hunter Biden, quien no deja de causarle problemas rumbo a las próximas elecciones debido a sus excesos, negocios turbios en el extranjero y la presunta evasión de impuestos que está siendo investigada por la justicia.
Hace tres meses le imputaron tres cargos por la compra y posesión ilegal de armas, que conllevan una pena máxima de 25 años de cárcel. Ahora, volvió a las primeras planas de los medios en Estados Unidos porque la Fiscalía abrió un nuevo caso en su contra por delitos fiscales. Lo acusan de no pagar aproximadamente 1,4 millones de dólares en impuestos federales entre 2016 y 2019. En caso de que lo encuentren culpable de todos los cargos, enfrentaría una pena de hasta 17 años tras las rejas.
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Como consecuencia, es poco probable que plataformas como Facebook y Twitter (antes de que Elon Musk la comprara), o medios como New York Times y Politico; puedan repetir la censura que aplicaron a las historias iniciales sobre Hunter Biden para que estas no empañaran la campaña del año 2020 de su padre. En ese entonces, New York Post publicó un artículo que reveló correos electrónicos sobre tráfico de influencias, que lograron tapar momentáneamente. Ahora, los escándalos adquirieron tal magnitud que resulta imposible ocultarlos. El impacto seguramente se vea reflejado en la campaña presidencial demócrata.
Biden cae en las encuestas
Aún sin los escándalos de Hunter Biden, el mandatario logró ponerse por sí mismo en una situación complicada debido a una gestión muy criticada y poco aplaudida. Las encuestas así lo reflejan. La cadena progresista CNN le dio una aprobación de 37 % en noviembre, dos puntos menos desde octubre y el más bajo desde que asumió el cargo en 2021. El sondeo también indica que el índice de aprobación del presidente demócrata en materia de economía en noviembre es el segundo más bajo de su presidencia, con 33 %.
Las acusaciones contra Hunter vienen a empeorar ese escenario luego de tantos excesos. El hijo del presidente de EE. UU. gastó su dinero en “drogas, acompañantes y novias, hoteles de lujo y propiedades de alquiler, autos exóticos, ropa y otros artículos de naturaleza personal, en resumen, todo menos sus impuestos”, según la acusación.
Las investigaciones no son más que la oficialización de todos los hallazgos que medios del país hacían alrededor del hijo de Joe Biden. Nada más en junio de este año salían a la luz sus gustos por UberGFE, un sitio web de acompañantes simulado bajo la figura de una “agencia de modelos exclusiva” con personal en Estados Unidos, Londres, París y Dubái.
David Weiss, el fiscal especial en la investigación a Hunter Biden, menciona cómo los pagos por pornografía estuvieron entre los casi 189.000 dólares que este gastó en “entretenimiento para adultos” sin pagar impuestos, incluido un pago de 10000 dólares por una membresía en un club sexual que gastó como “membresía en un club de golf”, se lee en la acusación que publicó New York Post.
No habrá censura en Twitter
Los próximos meses dirán cómo el Partido Demócrata abordará la campaña presidencial de Biden mientras pesan sobre él las investigaciones de su hijo. Lo cierto, es que es poco probable que ocurra un complot de plataformas y medios de comunicación como hace tres años atrás. A New York Times no le quedó otra que admitir la autenticidad de la computadora portátil abandonada por Hunter Biden en Delaware y cuyo contenido fue el que desató la ola de censura en aquel momento.
En paralelo, Twitter (ahora X) está en manos de Elon Musk con una línea editorial que dista mucho de la que en su momento tuvo Jack Dorsey al frente de la plataforma. En cuanto a Facebook e Instagram, —dirigidas por Mark Zuckerberg— actualmente tienen encima el ojo público por haber participado en ese boicot.
Además de todo eso, republicanos de la Cámara de Representantes presentaron una solicitud para autorizar formalmente la investigación de juicio político contra el presidente demócrata por presunta corrupción. “Sabemos que tuvo cenas, llamadas telefónicas y reuniones porque el socio comercial de Hunter Biden, Devin Archer, ya testificó bajo juramento y nos lo dijo”, fueron las palabras de Jim Jordan, el presidente del Comité Judicial.