A Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, todavía lo persigue la información de la computadora que dejó abandonada en un centro técnico de Delaware en 2019. El disco duro contenía fotos de sus adicciones, decenas de mensajes con su padre y correos sobre negocios turbios en el extranjero.
Los datos que salieron a la luz en 2020 no son los únicos. Esta vez trascendió cómo Hunter Biden gastó 30000 dólares en prostitutas entre noviembre de 2018 y marzo de 2019. Monto que pudo cubrir luego de que su padre le enviara 100.000 dólares para pagar deudas que iban desde diciembre de 2018 hasta enero de 2019.
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La empresa en cuestión de donde Hunter sacaba a sus “acompañantes” es UberGFE, descrita en su sitio web como una “agencia de modelos exclusiva” con personal en Estados Unidos, Londres, París y Dubai.
Un punto importante es que la información extraída no muestra evidencias de que Joe Biden estuviera al tanto del destino que le daba su hijo al dinero que le enviaba. Sin embargo, no deja de ser un auténtico escándalo y otro golpe para la reputación del presidente estadounidense y de Hunter Biden. Aún más cuando varias de esas mujeres parecen estar vinculadas con Rusia, indicó la información revelada en exclusiva por el Washington Examiner.
¿Qué es UberGFE?
La supuesta agencia de modelos no está registrada como entidad comercial en Estados Unidos. El domino www.ubergfe.com tiene una antigüedad de cinco años. Desde ese sitio web se ofrecen servicios en Los Ángeles, Boston, Miami, Londres o París. Lo que se observa a disposición es un catálogo de mujeres.
La oficina central de los operadores se encuentra en Ucrania, según información plasmada en dicha web. Los desarrolladores estarían en Kiev y debido a la guerra “ahora se ven obligados a esconderse en refugios antiaéreos y salvar a sus familias”.
La compañía no revela mucho más. Sin embargo, los senadores Chuck Grassley y Ron Johnson ya habían adelantado en 2020 un informe al Congreso donde mencionaban que Hunter Biden había hecho pagos a mujeres “no residentes que eran ciudadanas de Rusia u otros países de Europa del este”. También citaron transacciones a una probable “red de tráfico de personas o prostitución” de esa región.
Una mujer llamada Eva
El financiamiento de Joe Biden a su hijo Hunter era constante, y al parecer él no veía otra manera de usarlo que en prostitutas. Ni siquiera los 800.000 dólares que tenía en deudas entre noviembre de 2018 y marzo de 2019 fueron motivo para que le diera un uso adecuado al dinero.
Después de todo, el alcohol y las trabajadores sexuales se convirtieron en un vicio para el hijo del presidente demócrata, al punto que el dinero destinado a su supuesta “desintoxicación” en un centro de rehabilitación en Nueva York podría haber terminado en los bolsillos de las mujeres ligadas a UberGFE. Así fue como el 2 de enero de 2019 gastó 3000 dólares en una prostituta que “no hizo absolutamente nada”, según la queja que presentó por el “servicio”.
Ese episodio ocurrió unas horas antes de pedirle a Joe Biden que le transfiriera 20000 dólares para el supuesto programa al que nunca fue.
El hallazgo y la línea de tiempo de todo este drama se estableció a raíz de mensajes que Hunter intercambiaba con una mujer llamada Eva. Él pedía las mujeres de UberGFE y ella se las enviaba. En una de las charlas, el hijo de Joe Biden le comenta que sus cuentas bancarias fueron congeladas temporalmente “porque sus intentos de pago a sus ‘chicas’ con cuentas de correo electrónico rusas eran demasiado ‘bandera roja’ para su banco”, indicó la información revelada por el portal estadounidense.
BREAKING: Joe Biden unwittingly financed Hunter Biden's participation in an escort ring tied to Russia.
Joe Biden wired $100,000 to Hunter from Dec. 2018 through Jan. 2019, the same timeframe he spent 30k on escorts tied to .ru email addresses.https://t.co/HI1t8ndDB6
— Andrew Kerr (@AndrewKerrNC) June 27, 2022
Hasta el momento no hay comentarios de la Casa Blanca ni de los abogados de Hunter Biden sobre estos pagos a prostitutas usando el dinero de su padre. Por el contrario, desde Washington parecen aplaudirlo, considerando que no tuvieron ningún problema con que este iniciara una carrera artística que podía servir como tráfico de influencias dentro del Gobierno o que Joe Biden había prometido que los nexos de su hijo con empresas chinas terminarían apenas ganara la Presidencia.
Todo sigue ahí, vigente y cada vez más escandaloso, sin que la Administración demócrata tome cartas al respecto.