El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, está haciendo planes a largo plazo que demuestran, una vez más, sus claras intenciones de permanecer en la Moncloa. Ahora se trata de su intervención ante el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para defender la candidatura conjunta entre España, Portugal y Marruecos para ser sede del Mundial de Fútbol de 2030.
Sánchez quiere limpiar el nombre del país luego de la polémica de Luis Rubiales, ahora expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), tras el beso que dio a la jugadora Jenni Hermoso, de la selección femenina, por ganar el trofeo en agosto de este año. El escándalo tomó proporciones enormes, al punto de que la propia FIFA suspendió a Rubiales y la Fiscalía española abrió una investigación que podría contar con la colaboración de la policía australiana.
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Esta intervención del presidente socialista del gobierno español viene precedida por el calificativo de “inaceptable” que lanzó a propósito de todo lo que generó esta controversia. Es por ello que buscó rechazar lo que hizo Rubiales. Sin embargo, medios españoles han reseñado que entre ambos había una profunda amistad que incluía desde elogios hasta reclamos del expresidente de la federación española por resoluciones “contrarias a sus intereses”.
Tal parece que Sánchez, en sus ansias por continuar en el Gobierno, está poniendo “toda la carne en el asador” sin importar los nexos con Rubiales. En X (antes Twitter), escribió que su insistencia parte de una idea clara. “El fútbol es un deporte de alcance global que puede transmitir valores”, indicó.
España está trabajando con Portugal y Marruecos en una candidatura sólida para el Mundial 2030, con un proyecto ambicioso.
Así se lo he transmitido al presidente de @FIFAcom.
Y lo hacemos con una idea clara: el fútbol es un deporte de alcance global que puede transmitir valores… pic.twitter.com/WFfmelnZQq
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) September 19, 2023
Planes de Sánchez y las exigencias de separatistas
Posiblemente Pedro Sánchez se pone sobre sus hombros la responsabilidad de defender al fútbol español al sentirse más cerca de lograr la investidura. Después de todo, rechazó el acuerdo de igualdad presentado por Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, el cual iba a evitar una nueva convocatoria a elecciones en diciembre.
En realidad, la mirada del actual presidente del gobierno español está sobre los independentistas quienes desde el inicio le imponen ciertas condiciones socioculturales para cederle sus votos, un pacto que también amenaza a la gobernabilidad de España como hoy se le conoce. Las señales de dichas exigencias comienzan a materializarse.
Por ejemplo, en un gesto particular, Carles Puigdemont, líder de Junts, agradeció a Sánchez por pedir oficializar el uso del catalán, euskera y gallego en la Unión Europea (UE). Aunque se mostró satisfecho, también asevera que “es buena noticia, pero no es suficiente”. El separatista sabe que puede continuar presionando al líder del PSOE. “Estaremos muy atentos. El camino para conseguirlo debería ser irreversible sin tener que esperar demasiado; porque ya hemos esperado lo suficiente”, completó en su mensaje publicado en X.
Volviendo a la candidatura de España en la FIFA, Sánchez aprovechó el viaje a Nueva York, en el marco de la Asamblea General de la ONU para reunirse con Infantino. Decir que España “está trabajando con Portugal y Marruecos en una candidatura sólida para el Mundial 2030 con un proyecto ambicioso”, podría demostrar que el líder del PSOE espera seguir labrando el camino a la competencia, cuidando a la federación española de los escándalos. La duda es a qué costo logrará tal objetivo.