El príncipe Harry de Reino Unido no acierta desde que decidió apartarse de la familia real y hacer vida por su cuenta. Junto a su esposa, la actriz Meghan Markle, se convirtieron en protagonistas de continuos desatinos, incluyendo desafortunadas declaraciones sobre su participación en la guerra de Afganistán que molestaron a la élite talibán y amenazaron con el empeoramiento de las tensiones geopolíticas con el grupo terrorista.
Ahora se suma el fracaso de un contrato valorado en 20 millones de dólares con Spotify. La empresa lo anuló luego de casi tres años porque el matrimonio apenas emitió 12 episodios de su podcast “Archetypes” sin que tuvieran demasiada repercusión. Además, se acusó a Markle de que ella ni siquiera hacía las entrevistas. De manera que en el marco de la reducción de empleados y de gastos que están aplicando muchas compañías en medio de una economía mundialmente golpeada, el acuerdo quedó sin validez.
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Pero hay otro motivo, a Harry varias ideas se le quedaron en el tintero e involucran a personajes como el autócrata ruso, Vladímir Putin; el expresidente estadounidense, Donald Trump y el papa Francisco. El problema, es el enfoque que pretendía dar a esas charlas. Y es que solamente el mandatario ruso rechazaría de entrada la propuesta cuando le indicaran que tendría que hablar “sobre traumas que experimentó cuando era niño”. Putin ni siquiera ha hablado de un supuesto cáncer luego de algunas señales físicas que ha dejado ver en sus apariciones públicas, mucho menos ahondaría en su infancia.
Bill Simmons, ejecutivo de Spotify y popular locutor de podcasts, criticó al príncipe Harry y a Meghan, duquesa de Sussex, calificándolos de "estafadores". https://t.co/v12yqXSfe3
— CNN en Español (@CNNEE) June 20, 2023
El desencuentro con Trump
Harry esperaba hablar de la niñez de personas prominentes para entender “cómo esas experiencias les convirtieron en los adultos que son hoy en día”. Es decir, saber cómo y por qué Putin se convirtió en el presidente de Rusia y posterior artífice no solo de la fatídica guerra contra Ucrania, sino aliado del régimen sirio en la violenta guerra civil de ese país o cómplice de dictaduras latinoamericanas. Ir a los confines de su psiquis era el objetivo.
Cuando hizo el planteamiento a los ejecutivos de Spotify, estos supieron desde el inicio que sería imposible, indicó Bloomberg. El príncipe Harry apuntó demasiado alto y no fue capaz de concretar en tres años. Respecto al expresidente Trump, eran pocas las probabilidades de que sucediera ya que tanto el hijo del rey Carlos II como Meghan Markle, llamaron a votar en su contra para las elecciones del año 2020 en EE. UU. Ambos formaron parte de la propaganda demócrata que buscó condenar políticas como el libre mercado, el fortalecimiento de la política internacional o el control migratorio que planteaba Trump. Su llamado fue a “rechazar el discurso de odio” en las elecciones del 3 de noviembre de ese año.
El mandatario en ese momento respondió: “Diría esto, y probablemente ella lo haya escuchado: le deseo mucha suerte a Harry, porque la va a necesitar”, dijo Trump. Y ciertamente, tuvo razón. La simpatía y aceptación pública que alguna vez tuvo la pareja, se vino a pique.
La ira de los talibanes
El hijo del monarca británico ha querido incursionar en temas que no domina y eso le ha salido caro. Recibió una respuesta del ministro del Interior y líder de la Red Haqqani (grupo guerrillero ligado a Al Qaeda) cuando, para promocionar su libro Spare, contó que mató a 25 talibanes mientras servía como piloto de helicóptero durante la guerra en Afganistán.
De haberlas visto como personas, “no hubiera podido lastimarlas”, contó. “Eran piezas de ajedrez sacadas del tablero, los malos eliminados antes de que mataran a los buenos”. Eso despertó la furia del grupo terrorista. “¡Señor Harry! Los que mataste no eran piezas de ajedrez, eran humanos”, fue parte del mensaje del líder talibán.
Con las revelaciones que salen a raíz del fracaso con el contrato de Spotify, el príncipe Harry se anota otro error en sus ansias por inmiscuirse en la política y la guerra.