Una conversación interesante ocurrió en el año 2018 cuando el profesor y autor canadiense Jordan Peterson respondió a la entrevistadora británica Cathy Newman una pregunta sobre la libertad de expresión. En ese momento dejó a Newman sin palabras.
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“¿Por qué su libertad de expresión debería prevalecer sobre el derecho de una persona transexual a no ser ofendida?”, con ese cuestionamiento la conductora pretendía que el punto de vista del autor pareciera peyorativo. Sin embargo, se consiguió con la respuesta de Peterson:
“Porque para poder pensar, tienes que arriesgarte a ser ofensivo. Ciertamente estás dispuesta a arriesgarte a ofenderme en la búsqueda de la verdad (…) Estás haciendo lo que debes hacer, que es cavar un poco para ver qué diablos está pasando. Pero estás ejerciendo tu libertad de expresión para correr el riesgo de ofenderme, y está bien”.
Ese momento sirve para ilustrar lo que pasa con la adquisión de Twitter por parte de Elon Musk. El progresismo estadounidense, resistente a seguir la lógica de Peterson, mide la verdad por las ofensas que sienten ciertas minorías victimizadas, y no por su mera naturaleza. Basados en eso, el movimiento decidió que el discurso libre es sinónimo de “odio”. Toni Braxton, cantante del género R&B, es una de las primeras en dejarlo claro: se va de Twitter aunque Musk ni siquiera ha implementado nuevas políticas.
“Estoy sorprendida y horrorizada por parte de la ‘libertad de expresión’ que he visto en esta plataforma desde su adquisición. El discurso de odio bajo el velo de la ‘libertad de expresión’ es inaceptable; por lo tanto, elijo permanecer fuera de Twitter porque ya no es un espacio seguro para mí, mis hijos y para otras personas de color”, escribió.
I'm shocked and appalled at some of the "free speech" I've seen on this platform since its acquisition. Hate speech under the veil of "free speech" is unacceptable; therefore I am choosing to stay off Twitter as it is no longer a safe space for myself, my sons and other POC.
— Toni Braxton (@tonibraxton) October 29, 2022
El miedo de los progresistas
Varios empresarios alineados a la izquierda intentaron que Twitter sufriera daños económicos. Bill Gates y George Soros fueron algunos, usando organizaciones sociales para disimular sus intentos. Al final no lo lograron, la compra se concretó. Y apenas llegó a las oficinas, Musk despidió a la directiva que ordenó el año pasado la censura y cierre permanente de cuentas.
Entonces, así como lo demuestra la cantante de R&B, no se trata de un “discurso de odio” lo que se viene con la dirección del fundador de Tesla, sino del miedo progresista a que una de las plataformas más famosas del mundo pasara a manos de un empresario que defiende la discusión de temas incómodos para líderes políticos y movimientos.
Si volvemos a argumentos de Jordan Peterson, este también ha explicado el peligro que significa sentirse ofendido ante argumentos que no coinciden con determinada forma de pensamiento. Hace cuatro años explicó que la idea de que “es de mala educación” ofender a alguien cuando se busca la verdad “coloca los sentimientos subjetivos de un individuo como una prioridad más alta que alcanzar la verdad a través del habla”. Esto le resta importancia a los hechos y deja a la subjetividad por encima de la objetividad.
Sin embargo, sus postulados están lejos de ser escuchados por la corriente woke, urgida por implementar un discurso ideológico ligado más a lo político que a lo verdaderamente social.
Otros famosos que se van
Toni Braxton no es la única que se va de Twitter. Shonda Lynn Rhimes, guionista y productora, escribió que “no hay necesidad de quedarse por lo que sea que Elon haya planeado”. La acompañaron la actriz Tea Leoni para quien hay “demasiado odio” en la plataforma. La cantante Sara Bareilles comentó que se irá a otras plataformas.
Not hanging around for whatever Elon has planned. Bye.
— shonda rhimes (@shondarhimes) October 29, 2022
De nuevo, Elon Musk no ha implementado cambios. De hecho, publicó hace tres días que están trabajando en un “consejo de moderación de contenido con puntos de vista muy diversos” y que no se tomarán decisiones importantes ni se restablecerán cuentas antes de que este se reúna. Pero figuras públicas prefieren apelar a supuestos discursos de odio anticipados por la posibilidad de que Twitter se transforme en un espacio que permita la verdadera participación.
Por lo pronto, se sabe que el nuevo dueño de Twitter incluirá un abono de ocho dólares por mes para quienes tengan o deseen tener cuentas verificadas. Tras la queja del escritor de terror, Stephen King, Musk le respondió que Twitter no puede depender completamente de los anunciantes. “Explicaré la razón en forma más larga antes de que esto se implemente. Es la única manera de derrotar a los bots y trolls”.
En todos estos cambios por venir, reside la resistencia de los simpatizantes del progresismo estadounidense.
We need to pay the bills somehow! Twitter cannot rely entirely on advertisers. How about $8?
— Elon Musk (@elonmusk) November 1, 2022