Hay un patrón innegable en la política exterior de Xi Jinping y es el expansionismo practicado en los últimos años. No solo se trata de territorios, también aplica para el ámbito militar y el económico. Sus acciones lo estarían llevando a una concepción del socialismo alejada de los principios comunistas de sus antecesores políticos.
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El revanchismo, el militarismo y el capitalismo son prácticas que el régimen chino está ejecutando. En el afán por alcanzar «el gran rejuvenecimiento de la nación china» también estaría sumando un carácter nacionalista en la comprensión del socialismo del Partido Comunista Chino (PCCh). El análisis pertenece a Charlie Lyons Jones, investigador de ASPI, grupo de expertos estratégicos especializados en la región de Asia y el Pacífico. Para Lyons Jones, los elementos de la ideología de Xi son «notablemente hitlerianos».
«El socialismo chino parece no estar impulsado por el deseo marxista de asegurar un camino hacia el comunismo, sino por la ambición militarista de fuerza armada y la voluntad capitalista de prosperidad material. La ‘nueva era’ de Xi para el socialismo chino socava el marxismo-leninismo tradicional, que ve a esas fuerzas nacionalistas con desprecio».
Si vamos a la realidad, en efecto China ha puesto en práctica iniciativas que alarman al mundo y que han salido a la luz en el último año. No de gratis han infiltrado simpatizantes del PCCh en empresas como IBM, PepsiCo y 3M con oficinas en el país asiático.
Una economía supervisada por el Estado, pero abierta al mercado repudia entonces cualquier noción de socialismo impulsado por el marxismo, según el autor del análisis. Acá es cuando surge la amenaza existencial para el PCCh, fiel al socialismo de Xi Jinping. «La forma de negarlo, para Xi, es unificar ‘Estado y raza’ integrando las nociones nacionalistas del «gran rejuvenecimiento» de China en la ideología del PCCh».
El socialismo chino en la práctica
Vale la pena ver los hechos para respaldar los argumentos de dicho análisis y cómo Xi Jinping está trazando un camino basado en el nacionalismo.
En primer lugar está el revanchismo, se materializa con las ansias de China por apoderarse de Taiwán. Esto ha llevado al régimen chino a construir inclusive islas militares artificiales en el Mar de China Meridional, una importante zona contigua a Taiwán que también quiere conquistar. Las relaciones están tensas desde hace años y empeoran cada vez que Estados Unidos —aliado de Taiwán— se pronuncia al respecto.
Le sigue el militarismo. Tal como dicta la doctrina, se basa en que las fuerzas militares son proveedoras de toda seguridad. Es bien sabido cómo China ha ampliado su poderío militar al menos los últimos 20 años, el régimen le sigue a Estados Unidos en gasto militar. El Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI) publicó a mediados de 2020 el ranking del año anterior.
Who were the five biggest military spenders in 2019?
1) USA🇺🇸
2) China🇨🇳
3) India🇮🇳
4) Russia🇷🇺
5) Saudi Arabia🇸🇦Together they accounted for 62% of global military spending. Read more on the trends in military expenditure ➡️ https://t.co/ZSlbz8iP16#GDAMS2020 pic.twitter.com/LWb4h1WIaH
— SIPRI (@SIPRIorg) April 26, 2020
Hay otros hechos de lo que socialismo de Xi Jinping ha hecho con su ejército los últimos meses. Junto a Rusia, Irán activó ejercicios militares en el océano Índico en medio de una creciente tensión de relaciones reconocida por el Comando Central.
Otra noticia había circulado a finales de 2020 y que el régimen de Xi Jinping estaría modificando genéticamente a sus soldados para hacerlos más poderosos. El director de Inteligencia Nacional de EEUU, John Ratcliffe, advirtió que no basta con el número de soldados, por eso China estaría recurriendo a la modificación genética.
En tercer lugar pero no menos importante está el capitalismo. Las similitudes de China con las políticas de Hitler, argumentadas por Charlie Lyons Jones, se basan precisamente en la distinción que alguna vez hiciera Hitler entre socialismo nacional y marxista y que pueden leerse en su análisis.
Hemos visto cómo el comunismo chino ha extendido su poderío fuera de sus tierras, invirtiendo inclusive en África y estableciendo intercambios económicos con India por 77 mil 700 millones de dólares según el Ministerio de Comercio chino. El país también una de los principales socios económico de EE. UU. entre importaciones y exportaciones.
El impulso de Xi Jinping
Cuáles serán los resultados finales socialismo de Xi Jinping es la duda en gran parte del mundo. Aunque los últimos días el régimen ha aprovechado las tensiones entre EE. UU y Rusia para seguir amenazando la hegemonía mundial.
Entre muchos otros temas, hace poco el Comando Indo-Pacífico advirtió que EE.UU. tiene cinco años para evitar que China se apodere de Taiwán. El comandante Philip Scott Davidson, afirma que China ha modernizado sus fuerzas armadas más que cualquier otra nación del planeta.
«El nacionalismo ya no es un paso necesario en el camino hacia el comunismo, sino la fuerza impulsora del socialismo chino».
La frase pertenece al investigador del ASPI, respecto a la importancia que el PCCH ha dado a la misión nacionalsocialista de unificar raza, partido, nación y Estado. Si quedan dudas de esto, basta con mirar lo que ocurre con la minoría musulmana uigur, sometida y silenciada sin ver luz al final del túnel.