No importa que Joe Biden haya disminuido su plan de gasto social de 3,5 billones a 1,75 billones de dólares, ni las numerosas conversaciones internas en el Congreso, lideradas por Nancy Pelosi. Sigue sin haber consenso en la Cámara de Representantes para obtener la aprobación final. En el intento más reciente, la sesión se extendió a siete horas, cuando normalmente debe durar alrededor 15 minutos
La larga espera marcó un nuevo récord. La votación más duradera de la que se tenía registro data de 2003 cuando el expresidente de la Cámara baja, Dennis Hastert, retuvo la votación sobre la creación de la Parte D del programa Medicare. La demora fue de dos horas y 50 minutos.
El motivo fueron las fracturas internas. Congresistas moderados del caucus pidieron el análisis no partidista de la Oficina de Presupuesto del Congreso. Algo que podría durar semanas. No son buenas noticias para la Administración Biden que en paralelo esperaba la aprobación del paquete de infraestructura de 1,2 billones de dólares.
El presidente demócrata tomó parte en las gestiones para buscar votos a favor. Por eso hizo llamadas individuales a los congresistas para ejercer presión. Pero la votación dejó mucho que desear con el pedido de los seis demócratas. La fecha de votación final quedaría entonces para la semana del 15 de noviembre según el líder de la mayoría Steny Hoyer.
Moderados vs. progresistas
A medida que la votación se extendía, también comenzó a cambiar la agenda del partido. Esto se debe a que no pueden permitirse perder ni siquiera tres votos debido al estrecho margen de ventaja que tienen frente a los republicanos.
Los progresistas se revelaron porque el paquete de gastos social no se aprobó. Por ende se vino abajo la idea de aprobar el mismo día este presupuesto y el de infraestructura que tenían Biden y Pelosi. La precursora de la idea fue nada menos que Alexandria Ocasio-Cortez.
Ella defendió la idea de reunir suficientes votos dentro del caucus para que el proyecto más pequeño, el de infraestructura, no sea aprobado. Es una especie de garantía para que el paquete más grande reciba el visto bueno ya que incluye una amplia gama de programas sociales. En total, 20 demócratas progresistas estarían preparados para votar “no”, dijo una fuente del bando más izquierdista a Jacqui Heinrich de Fox News.
Pelosi continuará a pesar de las dispuestas internas. “No podemos esperar mucho más”, fueron parte de sus declaraciones. Minutos antes la congresista e integrante del “escuadrón” Pramila Jayapal aseveró que los miembros de su facción no votarán hasta que “podamos votar ambos proyectos de ley juntos”.
Progressive source tells me they have roughly 20 members who will vote down BIF –
Pelosi may put this on the floor to put CPC backs against the wall, betting they won’t tank Biden’s agenda – especially if more than expected 10-15 R’e vote FOR it, since bills are now unlinked
— Jacqui Heinrich (@JacquiHeinrich) November 5, 2021
El fantasma de la derrota en Virginia
Los nuevo obstáculos en las discusiones por los paquetes de gastos se dan en un contexto de derrota para los demócratas. No solo por la duración de siete horas de la votación, sino porque vienen de perder la gobernación de Virginia, un bastión importante que Biden había ganado en las presidenciales.
Las cosas cambiaron. Un artículo de The New York Times incluso describió como “asustados” a los congresistas demócratas. “La demora les resultó dolorosamente familiar a los demócratas y al Sr. Biden, quienes han intentado y fallado dos veces en las últimas semanas para impulsar el par de proyectos de ley a través de la Cámara, solo para ver sus planes obstaculizados por divisiones internas”, cita el portal.
Luego de la maratónica votación no finalizada hubo molestias y quejas. En todo caso, lo más relevante es la falta de acuerdo dentro de sus filas basadas en el enorme déficit fiscal que puede provocar un paquete orientado a un desmesurado gasto social.