Cristina Kirchner se mete en la política ecuatoriana a pocos meses de las elecciones presidenciales en ese país. Las ansias por sumar otro mandato socialista en la región parecen haberla convertido en pseudocanciller, tras declarar a favor del candidato del expresidente Rafael Correa. Todo apunta a un intento por desplegar una política exterior intervencionista para tratar de volver a los tiempos del Foro de Sao Paulo.
Como la desafiante consigna del llamado socialismo del siglo XXI impulsado desde Caracas en tiempo de Hugo Chávez, Cristina Kirchner parece asumir el rol de “la espada de Bolivar que camina por América Latina”. Pero no el Simón Bolívar que promovió la emancipación americana y liberó al menos cinco naciones. Los autoproclamados “bolivarianos” apuntan a una ideología tergiversada tras el secuestro de la imagen y los símbolos del Libertador.
La vicepresidenta argentina recibió a Andrés Aráuz Galarza en suelo argentino, se tomó fotos con él en su despacho y mantuvieron una reunión de una hora. Galarza no solo recibió el apoyo de la alta funcionaria, sino también de varios ministros y de Axel Kicillof.
Además del espaldarazo al candidato de su amigo Correa, Kirchner criticó al presidente Lenín Moreno en el mismo mensaje donde publicó la foto de su encuentro. Incluso puso en duda que en Ecuador exista democracia.
Junto a Andrés Aráuz Galarza, hasta hoy proscripto candidato a Presidente de Ecuador por la alianza Unión por la Esperanza. ¿En serio Lenín Moreno pretende que el resto del mundo crea que en el Ecuador hay democracia? pic.twitter.com/RKpk8Mri5W
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) December 4, 2020
La actitud de Cristina Kirchner apela a la nostalgia, buscando que la región vuelva a aquellos años donde los regímenes socialistas dominaban y se consagraban en grupos como el Foro de São Paulo con Lula Da Silva, Rafael Correa, Evo Morales y los fallecidos Hugo Chávez y Néstor Kirchner. Una generación que ahora busca sustitutos pero con un mismo propósito: imponer el llamado socialismo del siglo XXI.
Cena en Olivos
La agenda de 24 horas de Andrés Aráuz Galarza en el país, la organizó el excanciller de Correa, Ricardo Patiño, de acuerdo con Infobae, e incluyó un paseo por el Centro Cultural Kirchner, donde se retrató con la estatua del fallecido expresidente.
La figura fue removida de la sede de Unasur en Ecuador en 2019 luego que así lo aprobara la Asamblea Nacional de ese país. El hecho significó un duro golpe para el kirchnerismo y el fin de una era para el socialismo bolivariano.
El presidente Alberto Fernández cenó con el candidato en Olivos, a quien conoció durante la asunción de Luis Arce en Bolivia, un socialista ficha de Evo Morales.
La intromisión de Cristina y de Alberto en la política ecuatoriana plantea intereses que dan cuenta del apuro por sumar gobiernos adeptos a su ideología en Sudamérica.
Incluso criticaron al Tribunal Contencioso Electoral del Ecuador, que lleva adelante un proceso legal contra la candidatura del socialista por apoyarse en un partido político que ya no existe en el Registro de Organizaciones Políticas del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Las elecciones en Ecuador están fijadas para el 7 de febrero del próximo año, un tiempo que estaría aprovechando el gobierno argentino para hacer lobby a favor del candidato de Correa.
La amistad de Correa y Kirchner
“Cristina manda el mensaje completo. Hay intentos de erradicar la democracia en el Ecuador. Ha habido ya muchísimas intenciones que han sido explícitas. Yo sufrí una amenaza directa del secretario del gabinete de la presidencia de Lenín Moreno, donde cualquier candidato del correismo sería encarcelado”, dijo Aráuz Galarza en entrevista con el canal C5N.
El candidato también ha abogado por el regreso de Rafael Correa a Ecuador, como ya lo hizo Evo Morales en Bolivia, gracias a la victoria de su candidato, pasando por encima de investigaciones judiciales que fueron anuladas luego de la victoria de Arce.
La amistad que une a Correa, Kirchner y Morales data de los tiempos en los que compartían acuerdos comerciales y amasaban cuestionadas fortunas en medio de la bonanza petrolera en Venezuela por el aumento de los precios del petróleo.
A Correa y Kirchner también los unen las investigaciones por corrupción, tanto así que el expresidente ecuatoriano se estableció en Bélgica tras haber sido condenado a ocho años de cárcel y 25 de inhabilitación política por el caso de “Sobornos 2012-2016”.
Mientras que sobre Cristina Fernández de Kirchner pesa un proceso judicial por la causa de “los cuadernos” que la persigue sin tregua. Recientemente la Cámara de Casación Penal rechazó los argumentos del kirchnerismo que buscaban conseguir la inconstitucionalidad de la “Ley del Arrepentido”. La decisión significa que la causa de “los cuadernos” avanzaría hasta el juicio oral.