El diputado libertario Javier Milei fue el centro de atención este domingo, durante la presentación de su libro “El fin de la inflación”, donde aprovechó la oportunidad para cargar contra las facciones del oficialismo y Juntos por el Cambio, entre otros grupos corroídos por las coimas y borrachos de poder, así como también ahondar sobre las bondades de la dolarización en Argentina, un objetivo que ha sido su principal promesa de campaña.
Al respecto, el economista, quien funge como uno de los precandidatos a presidente con mejor posicionamiento en las encuestas de cara a las PASO en agosto, enfatizó lo que ha sido una especie de mantra desde sus días previos a ser elegido para ocupar un cargo en el Congreso: “La casta no son solamente los políticos corruptos. También son los empresarios prebendarios, los sindicalistas transa, los micrófonos ensobrados y los economistas chantas que trabajan para el poder“.
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Estas palabras marcaron el inicio de su disertación que siguieron de cerca los asistentes a la Feria del Libro de Buenos Aires, así como también fueron el abreboca de una serie de argumentos para hablar una vez sobre más la necesidad de cerrar el Banco Central argentino, lo que conllevaría, en última instancia, a una dolarización que eliminaría la inflación del país. Dicho tema es el eje central de su nuevo texto, en el que pregona la idea de que un sistema sin moneda no puede tener inflación y lo que se generan son cambios de precios con base en la oferta y la demanda.
“Como hemos explicado, la eliminación del Banco Central y la competencia de monedas a los efectos de liquidar al organismo podría ser con una dolarización, que con el paso del tiempo los individuos podrían elegir otra moneda (…) La dolarización se hace con la liquidación del Central, que implica 35.000 millones de dólares. Lo que proponemos es un sistema de competencia de monedas, eliminando el sistema fraccionario por un sistema de ‘free banking’ (banca libre)”, agregó Milei.
Para fundamentarse, Javier Milei repasó los números hiperinflacionarios de 1991 previo a la implementación del plan de convertibilidad, es decir, cuando un peso argentino valía un dólar. “Cuando vamos a la convertibilidad, la inflación anual fue del 9 % y se concentró en el primer año y medio”.
Mientras ahondaba en este punto, Milei también cargó contra uno de los principales motivos de la subida inflacionaria, la emisión monetaria, donde el Banco Central es el único que puede imprimir moneda de curso legal. Sus comentarios vienen como una reacción a los últimos datos oficiales que apuntan a que Argentina sufrió una subida interanual del 108,8 %, y los precios al consumidor crecieron un 8,4 % mensual.
“Si un bien no tiene demanda, su precio es cero, y si no fuésemos obligados a tener esos ‘papelitos’ emitidos por el Central, nadie los querría tener. Por lo tanto, la demanda real de pesos es cero, por ende, los saldos reales deberían ser cero. ¿Por qué queremos tener esa maldita moneda llamada peso argentino que nos viene arruinando a todos los argentinos de bien?”, agregó de forma retórica.
Según reseña EFE, Milei estima que la eliminación del organismo rector del sistema financiero argentino terminaría derivando en una dolarización que permitiría una economía más estable, ya que la divisa norteamericana es la más utilizada por la ciudadanía para operar.