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Es claro que muchos legisladores de la oposición consideran que son afortunados, a los que no les debe correr la misma suerte que al resto de los argentinos. Mientras que un país enfrenta la complicada transición que resulta salir de un modelo estatista y dirigista que destruyó la economía, muchos de los responsables de la tragedia piensan que pueden mantener sus privilegios.
Esto fue lo que pasó hoy en la Cámara de Senadores. En el marco de una sesión donde se iban a votar los pliegos de unos embajadores, los legisladores aprovecharon para votar (votarse, mejor dicho) un aumento de sueldo que duplicó sus dietas. A partir de ahora ganarán más de cuatro millones de pesos (4000 dólares), un salario que puede parecer razonable para un senador de otro país, pero que nada tiene que ver con la realidad argentina actual, donde la gente tiene que arreglarse con muchísimo menos que eso.
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Sin ningún debate y simplemente levantando la mano, los senadores consideraron que era oportuno ganar más plata. Quién pudiera…
Como lo resaltó en sus redes sociales el presidente Javier Milei, los únicos que votaron en contra fueron los siete senadores de la bancada oficialista de La Libertad Avanza. Según el mandatario argentino, esta imprudente e impúdica actitud tendrá sus consecuencias en las urnas el año próximo, en las elecciones de medio término.
Cabe destacar que lo de “impúdica” no es una categorización que se pueda hacer desde el oficialismo exclusivamente. Un senador dejó en evidencia que lo que estaban haciendo era una vergüenza. ¿Quién? El titular de la Unión Cívica Radical, Martín Lousteau.
Al momento de la votación, como un acto reflejo, el senador de la UCR levantó levemente su mano. Como para evitar quedar “escrachado” en el marco de un movimiento decidido que confirme que se estaba duplicando su dieta en un momento inoportuno para el país. Claro que levantar el brazo “un poquito” o “mucho” no cambia en nada. Se trata de un voto positivo. A lo sumo, lo único que cambia es quedar como un ridículo y en evidencia al momento de manifestarse.
Lógicamente, las redes sociales se hicieron eco del voto vergonzante, que fue la frutilla de la torta para de una también vergonzante sesión en el senado. Habrá que ver, si como dice Milei, la opinión pública castiga estos comportamientos en las urnas dentro de muy poco.
