
En la tarde de ayer la izquierda cometió un grave error estratégico. Considerando que la mayoría de los argentinos comparte sus premisas (a pesar de los magros resultados que obtuvieron en las primarias de agosto) visibilizaron al extremo un acto de Victoria Villarruel. El tiro les salió por la culata. Lo único que lograron fue darle la entidad a una mujer que hasta ayer era “la vice de Milei” y que hoy pasó a ser el centro de la discusión de la política nacional.
Como si fuera poco, los manifestantes hostigaron a los vecinos que querían transitar o ingresar a sus domicilios, incrementando la indignación de los porteños de a pie. Las imágenes de un grupo de salvajes arrojando combustible en la cara a una candidata de La Libertad Avanza que se encontraba en las inmediaciones no hizo otra cosa que incrementar el enojo del público neutral.
Hace años que Villarruel se dedica a recuperar en el debate político las historias de “los otros muertos”. Los caídos, en gran parte civiles, producto de las acciones de las agrupaciones guerrilleras en la década del setenta. Estas actividades, aunque de vez en cuando llegaban a los medios, pasaban bastante inadvertidas, alejadas de los grandes titulares del día. Ayer, por acción de los partidos de izquierda, todo cambió.
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Pero el debate no terminó con la jornada del evento realizado ayer. Esta mañana, Estela de Carlotto siguió con la cuestión y hasta consideró denunciar a Villarruel. ¿Por qué? Porque la diputada nacional dijo durante la presentación que la titular de Abuelas de Plaza de Mayo puede sentir dolor por la muerte de su hija, pero que debe reconocer que se trataba de una militante del grupo guerrillero Montoneros.
Carlotto respondió. Dijo que si la candidata a vicepresidente lo desea, puede meterse con ella, pero que “no toque” a su hija Laura. ¿Qué significa “tocar”? ¿Decir la verdad? “Hoy habrá una reunión de comisión de Abuelas y hablaremos sobre el tema. Lo que tendrá que resolverse es si lo que dijo merece una denuncia”, señaló.
La izquierda está tan desorientada con el cambio de época en Argentina que lo único que hace es alejarse aún más de la gente y del sentido común. Durante años, apoyados por la política oficial del kirchnerismo, no se habló de la responsabilidad de la guerrilla. Sin embargo, lógicamente, el pasado está allí. Documentado e indiscutible.
¿Cuál será el argumento de la denuncia de Carlotto a Villarruel? ¿Decir que su hija formó parte de Montoneros? Paradójicamente, los que se consideran como los representantes de los derechos humanos se han convertido en los verdaderos negacionistas. Los que niegan el pasado y los hechos históricos. Evidentemente se convencieron de su propio relato y se están pegando un duro golpe contra la realidad. El del 22 de octubre será demoledor.