“Aquel domingo, durante el Gobierno constitucional de Estela Martínez de Perón, un grupo de guerrilleros secuestró el vuelo 706 de Aerolíneas Argentinas y tomó el aeropuerto de la capital formoseña”, dijo el presidente argentino en un discurso que tenía que haber pronunciado hace cuatro años.
Por primera vez en la historia de Argentina, un presidente de la Nación encabezó un acto en honor a las víctimas del terrorismo de los setenta. En vísperas de las elecciones presidenciales, Mauricio Macri apeló al voto de un sector de la sociedad silenciado durante los 12 años del kirchnerismo.
El 5 de octubre se conmemora el aniversario del asesinato de 12 soldados conscriptos ametrallados por la guerrilla de Montoneros en democracia, en 1975, un año antes del golpe cívico-militar.
Este suceso pone en evidencia la mentira oficial impuesta por el kirchnerismo que elevó como “jóvenes idealistas” a los ejércitos irregulares, como Montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), que en colaboración con la dictadura cubana se armaron y entrenaron para desestabilizar el gobierno e instaurar una dictadura marxista en Argentina. Aquella acción fue frustrada cuando la viuda de Perón, María Estela Martínez (alias Isabelita), la primera mujer Presidente de la Nación, convocó a los militares para que combatan la insurgencia hasta las últimas consecuencias.
Pero esa parte de la historia fue selectivamente ignorada y silenciada hasta ahora. En vísperas de las elecciones, Macri ofreció un “subsidio extraordinario” para las familias de estas 10 víctimas asesinadas por defender a la nación.
Dichos subsidios hasta ahora eran un privilegio para las familias de quienes sufrieron abusos por parte de la dictadura cívico-militar que enfrentó a las agrupaciones guerrilleras que mataron a estos jóvenes conscriptos y dejó alrededor de 17 000 víctimas.
Este reconocimiento es compatible con el binomio que eligió Macri, un peronista de vieja escuela, Miguel Ángel Pichetto, que estuvo tradicionalmente enfrentado al peronismo de izquierda que representa el kirchnerismo.
De hecho, esta fragmentación se marcó con sangre, por medio del asesinato, también en democracia, en 1973. El líder sindical Rucci fue asesinado por Montoneros. Como consecuencia, Perón lamentó “esas balas fueron para mí”.
Ahora, Macri aprovecha esa división para marcarse como alternativa frente a su principal rival en las inminentes elecciones: al reconocer una parte olvidada de la historia.
Villarruel: “Me hubiera gustado que se realizara al principio del Gobierno”
La titular del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, Victoria Villarruel, reconoció la actitud de Macri, pero reconoció que es algo tardía. “Lamentablemente en estos 36 años de democracia muchas víctimas murieron, se suicidaron o se exiliaron ante el olvido de su propio país. Creo que esta deuda debe zanjarse de una vez”. En la opinión de Villarruel, el gesto de Macri no debería ser “excepcional”, sino algo “común para Argentina”.
“El acto fue muy importante porque por primera vez en democracia un presidente reconoce que hubo víctimas asesinadas, heridas y secuestradas por el terrorismo en los setenta. Esperemos que a futuro se siga avanzando y que las muchas familias que esperan, tengan su lugar en la memoria y en el reconocimiento a sus derechos de verdad, justicia y reparación”, señaló.
Nota realizada junto a Mamela Fiallo Flor