El mandatario argentino deja la presidencia pro tempore del Mercosur con la indignidad y mediocridad que tuvo desde que asumió la jefatura de Estado en 2019. Vetado del peronismo para el intento de reelección, Alberto Fernández se va despidiendo de los foros internacionales, consolidando la imagen paupérrima de su gestión. En su última cumbre del bloque regional, Uruguay y Paraguay instaron a la Argentina y a Brasil a condenar el intento de proscripción de María Corina Machado en Venezuela. Como era de esperar, la respuesta del socio de Cristina Fernández de Kirchner fue para el olvido.
“El Mercosur tiene que dar una señal clara para que el pueblo venezolano se encamine a una democracia plena que hoy no tiene”, señaló el mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou. En este sentido, el presidente que le generó varios dolores de cabeza a su par argentino por las discusiones del proteccionismo económico y comercial del bloque, resaltó:
“Todos acá sabemos qué pensamos sobre el régimen venezolano. Hay que tratar de ser objetivos. Está claro que Venezuela no va a salir a una democracia sana si cuando hay un viso de posibilidad de elecciones, a una candidata como María Corina Machado, que tiene un enorme potencial, se la descalifica por motivos políticos y no jurídicos”.
Una vez más, Alberto Fernández la pasó mal al tener que justificar lo injustificable ante el presidente de Uruguay, que lo hizo transpirar en el foro del Mercosur por última vez.
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Como suele hacer el populismo latinoamericano a la hora de apañar las dictaduras de los gobiernos amigos, el presidente kirchnerista manifestó que se trata de un problema que “lo tienen que resolver los venezolanos”. El mandatario argentino, que se convirtió en un muerto político desde que el peronismo lo dejó fuera de las candidaturas, se excusó diciendo que “tienen en cuenta lo ocurrido con Machado”. En su vergonzosa intervención, propuso plantear el tema en la mesa de diálogo, donde, a su criterio, debe tratarse “el problema de Venezuela”.
“Lo tienen que resolver los venezolanos, a través del diálogo entre ellos, no los países metiéndonos en cuestiones internas”, aseguró Fernández, como si se pudiera “dialogar” con las dictaduras que ostentan la suma del poder público en propio beneficio.
En sintonía con Lacalle Pou, el mandatario paraguayo, Mario Abdo Benítez, que también se despide del Mercosur, refutó la tesis de Fernández, asegurando que el único límite razonable es el respeto a la democracia y los derechos humanos. “Siempre he buscado darle voz al sufrido pueblo venezolano y esta vez no será la excepción”, resaltó en su última intervención en el foro del Mercosur. Santiago Peña, mandatario electo del Paraguay, pertenece al mismo Partido Colorado que Abdo Benítez, por lo que seguirá la misma línea del presidente actual.