
“La acusación fiscal se encuentra enmarcada en la existencia y funcionamiento de una asociación ilícita. De carácter estable y permanente, ideada con motivo de un acuerdo de voluntades entre los expresidentes de la Nación Néstor Carlos Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner”. Con ese argumento, los fiscales empujaron a la vicepresidente argentina a un juicio que, finalmente, podría terminar con la prisión para Cristina Kirchner.
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La causa “Vialidad”, donde se le juzga por ser la “jefa de una asociación ilícita” que cometió “fraude al Estado” podría tener un pedido de prisión que podría llegar a los 16 años. Es que el Código Penal argentino castiga a los cabecillas de estas agrupaciones con penas que van hasta los 10 años, a lo que se le sumarán, seguramente, por parte de la fiscalía los 6 años correspondientes a la figura vinculada al “perjuicio de la administración pública”.
En la causa “Vialidad”, CFK está acusada de “administración fraudulenta”, por el supuesto favorecimiento en las licitaciones públicas de la provincia de Santa Cruz al “empresario” Lázaro Báez, un exempleado bancario que se hizo multimillonario en el marco de uno de los más curiosos milagros kirchneristas. Actualmente está condenado por otras causas, por lo que, de enfrentarse a un nuevo fallo adverso, se sumarían más años de cárcel.
Báez siempre estuvo sospechado de ser testaferro de Néstor Kirchner, con el que había trabajado desde hace años. Aunque Cristina, luego de la muerte de su esposo, manifestó ni siquiera conocerlo en persona, aparecieron varias fotos de ellos juntos en el mausoleo de Kirchner en Santa Cruz. En este juicio, que ya lleva la declaración de 70 testigos y varios peritos, se analiza el otorgamiento de 51 obras públicas a la compañía del “empresario” en cuestión.
Desde que Báez fue detenido, en varias oportunidades se expresó en contra de la actual vicepresidente. Aunque no destapó la olla, el beneficiado por la obra pública en los primeros años de gobierno kirchnerista aseguró: “Mientras Cristina se lima las uñas, yo estoy preso”. Habrá que ver que es lo que ocurre el próximo mes con los alegatos, y si finalmente llega también el momento de la prisión para presunta “jefa” de estas operaciones.
La estrategia de la vicepresidente, cercada tanto en el ámbito judicial como en el político (al igual que hacia el final de su mandato) es que el proceso sea declarado “nulo” por el máximo tribunal (al que está enfrentado y quiere modificar en su conformación). Su defensa impugnó supuestas deficiencias en las pruebas y presentó un documento asegurando que CFK ya fue “sobreseída” por estas acusaciones en otro juzgado. Sin embargo, no hay nada que indique que la Corte Suprema de Justicia haga lugar a estos reclamos en esta instancia.