2 de julio de 1976. Un atentado de la agrupación armada Montoneros se cobraba la vida de 23 personas, dejando además una centena de heridos graves. La explosión en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal de la policía, ubicada en Moreno 1431 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hasta hoy sigue impune. Pero la impunidad de Montoneros y las organizaciones guerrilleras no se limita a la falta de condenas concretas y al castigo puntual de sus responsables particulares. El accionar de la subversión, que buscaba imponer en Argentina una dictadura socialista, también sigue impune desde lo moral. El kirchnerismo se dedicó a rescribir la historia, responsabilizando solamente al proceso militar por el terror de los setenta y las violaciones a los derechos humanos, invisibilizando (y hasta justificando) las bombas, los secuestros y el asesinato del terrorismo subversivo.
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La jueza María Servini, de larga trayectoria en tribunales y de pocos enfrentamientos con los poderes de turno, ordenó en su momento cerrar la causa, aunque sobran los argumentos como para que la misma no pueda proscribir. Hay violaciones a los derechos humanos, motivaciones políticas y todos los argumentos que fueron utilizados para dejar sin efecto los indultos que beneficiaron a los militares en la década del noventa.
Ahora, la Cámara Federal dice que la causa debe reabrirse y que, además de lo que ya es sabido, hay muchas cosas por determinar, como si, por ejemplo, Montoneros contó con el apoyo de otros estados y organizaciones extranjeras. Es de público conocimiento que muchos de los principales cuadros de la organización armada fueron entrenados en Cuba, por lo que es más probable que existan las conexiones internacionales.
Más allá del cambio de clima en las ideas políticas en Argentina, y el derrumbe del relato kirchnerista en todo sentido, hubo un acontecimiento puntual que puso aquel atentado en el centro del debate público. Hablamos del lanzamiento del libro Masacre en el comedor, del autor Ceferino Reato. La obra se convirtió apenas salió en best seller y el atentado dejó de ser un recuerdo casi olvidado. “Escribí este libro no para que tuviera consecuencias judiciales sino para que se conociera la verdad sobre la bomba vietnamita que el 2 de julio de 1976 explotó en el comedor policial”, señaló hoy el autor, ante la novedad.
En diálogo con PanAm Post, la diputada nacional Victoria Villarruel calificó la reapertura de la causa como “uno de los hechos judiciales más importantes de la historia democrática Argentina”. Para la compañera de bancada de Javier Milei, “la impunidad del terrorismo estaba blindada y este fallo comienza a cuestionar el rol fundamental que Montoneros tuvo en la tragedia nacional de los últimos cincuenta años”.
La legisladora, que durante años defendió a las víctimas del terrorismo en un contexto adverso, resaltó: “Siempre supe que este gigante de arena de impunidad y mentiras iba a caer. He hecho todo lo humanamente posible por quince años para que así sea. Es natural que se vaya haciendo la luz sobre la gran mentira de la historia moderna argentina”.