Probablemente, las víctimas que decidieron dar la cara y exponer el engaño que sufrieron pensaron que, al menos, iban a recuperar algo del dinero que el falso magnate joyero les había quitado de manera voluntaria. Seguramente, el acuerdo con Netflix fue tan suculento como para poder dejar de lado el pudor de exponerse como mujeres engañadas de forma más vil y evidente. Sin embargo, las “viudas” de Simon Leviev, lejos de conseguir una condena para el estafador, lo hicieron millonario en la vida real. Ellas ahora cargan además con un nuevo estigma: el de oportunistas que tuvieron lo que se merecían.
Las empatías en el mundo moderno de las redes sociales pueden ser algo extrañas y “The Tinder swindler” lo deja en evidencia. Aunque los malvados de muchas películas se convirtieron es una especie de héroes para la opinión pública, a veces la realidad supera la ficción. Según confirmó la especializada TMZ, el israelí mentiroso, que vivía de las mujeres a las que engañaba fingiendo un estilo de vida que no tenía, mientras se escapaba de la persecución de enemigos imaginarios, firmó un millonario contrato con Gina Rodríguez. La famosa agente de Hollywood, que algo de esto sabe, consideró que Simon Leviev, lejos de ser un personaje repudiado como un criminal, puede ser la estrella de un reality show.
Por lo poco que se sabe hasta ahora del proyecto, Simon Leviev sería el protagonista de un programa cuyas participantes deberán competir para seducirlo. Definitivamente, la historia tomó un vuelco insólito y el estafador, que hasta el momento no fue imputado por ningún delito concreto, más allá de las acusaciones públicas conocidas, finalmente será millonario en la vida real.
Mientras el ambicioso proyecto avanza, y ante la imposibilidad de seguir engañando mujeres en Tinder (la aplicación borró su cuenta definitivamente), Leviev empezó con algunas changuitas para ganarse el mango, hasta que el reality se haga realidad e ingresen los millones a su cuenta bancaria. Por estas horas, el israelí tiene su perfil en Cameo, donde cobra entre 300 y 1400 dólares por saludos y videos personalizados.
Sus víctimas, que no recibieron solamente empatía, ya que se las acusa también de aprovechadoras que tuvieron su merecido, decidieron transitar el camino más duro de la limosna mediante la plataforma de Go Fund Me, donde piden ayuda para recuperar el dinero que perdieron.