En la memoria reciente de Patricia Bullrich está el mal momento que le hicieron pasar los militantes de la Unión Cívica Radical y de la Coalición Cívica en el acto de cierre de campaña. Cuando la exministra de Seguridad tomó el micrófono, la juventud socialdemócrata de la coalición Juntos por el Cambio le dedicó un cántico explícito: “No se habla, con Milei no se habla”, entonaron desde la fracción opositora más cómoda con un perfil de centroizquierda.
La “piba” ya sufrió duros cuestionamientos internos por sus palabras elogiosas para con el diputado electo de la Ciudad de Buenos Aires, que la rescata a ella dentro del frente macrista como una de las excepciones con las que se podría llegar a un acuerdo político. Sin embargo, Milei es lapidario con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, los otros dos pesos pesados del PRO, además de Bullrich y el mismo Mauricio Macri.
Aunque el ánimo está muy caldeado como para siquiera nombrar al libertario, Bullrich dejó un comentario al pasar que de superficial no tiene absolutamente nada. “Pudo haber existido una expectativa mayor en la Ciudad de Buenos Aires”, señaló Patricia a la hora de hacer un balance de los resultados en todo el país. “Esto no lo digo yo, lo dicen los diarios, es por la expectativa que teníamos de superar el 50 %, que es lo que objetivamente pasó”, complementó como para no dejar ninguna duda al respecto.
¿Dónde está el mínimo del 3 % que le faltó a Cambiemos para superar el 50? Aunque ni Milei se anime a decirlo frente a las cámaras, lógicamente que en el 17 % que sacó en el debut La Libertad Avanza. Cabe destacar que varios encuestadores aseguraron que, aunque la mayoría del votante de Milei proviene de un macrismo desencantado, el boom libertario también le mordió varios votos juveniles al kirchnerismo y a la izquierda. Evidentemente, estos indicadores llegaron al Frente de Izquierda, que en lugar de discutir con el kirchnerismo y con Luis Zamora, todos los cañones fueron apuntados durante la campaña que captó la boleta de La Libertad Avanza.
Pero los mensajes casi explícitos de lo que Patricia Bullrich considera que debería ser la coalición no se limitaron a la Ciudad Autónoma. En otra entrevista televisiva reconoció, sin que le preguntaran nada al respecto, que “hubiese sido realmente importante si Espert se sumaba a Juntos por el Cambio”. Para la presidente a nivel nacional del PRO, fue “un error” que su coalición no haya tenido al referente liberal bonaerense, al menos disputando una primaria en septiembre. “Hizo una buena elección en septiembre y en esta segunda parte hizo una mejor elección. Y es el debate que tenemos que dar hacia adelante”.
Este fue el canto de Bullrich en respuesta a los jóvenes que le marcaron la cancha en un acto, situación que no se veía en la política argentina desde las internas peronistas de otros tiempos. Pero, aunque Patricia vea que para volver a ser gobierno alcanza con la suma de los votos de JxC y el capital que hoy tienen los liberales, ella sabe que mientras el plan económico sea el que quieren los radicales y los lilitos, la suma es imposible. Para que Juntos por el Cambio cambie el país, valga la redundancia, tienen que cambiar ellos. Al menos, mientras la oposición está dividida, podrían empezar a escuchar en el recinto al diputado electo Ricardo López Murphy, que formará parte del interbloque. Por ahí aprenden algo.
Por ahora, las promesas cambiemitas de al menos no aumentar los impuestos se hicieron agua al tercer día de las elecciones. En la jornada de hoy se confirmó que el Gobierno de CABA volverá a subir las patentes y el ABL, indexando por inflación, cosa que no ocurre con los salarios de la gente. Con estas actitudes, Patricia no podrá hacer el cálculo que desea para ganar las elecciones en 2023.