No hay duda que la clase política está inquieta por el crecimiento de los referentes liberales en las encuestas. Esta mañana, las redes sociales liquidaron al diputado macrista Fernando Iglesias por atacar burdamente a Gustavo Lázzari. Sin embargo, lo cierto es que Juntos por el Cambio, que tiene miedo a perder votos por derecha, no es el único espacio que reacciona ante las eventuales candidaturas de Ricardo López Murphy, José Luis Espert o Javier Milei el año próximo.
El peronismo, tramposo como siempre, ahora recurre al menemismo nostálgico para ver si puede sacar algún voto de los desencantados del estatismo fracasado. El plan es la reivindicación del “capitalismo” con un nombre fuerte: Menem. Como el expresidente, Carlos Saúl, de 90 años, ya es senador por La Rioja hasta 2023, el peronismo recurre a su hija Zulemita.
Desde sus redes sociales, la flamante candidata a legisladora ya reconoció que jugará “sola” y fuera de los “extremos” para conseguir una banca en el Congreso Nacional por la provincia de Buenos Aires. Llama a recuperar el pensamiento de su padre, que en su opinión, representó el último proyecto “capitalista” que tuvo Argentina.
acompañarme .
Vamos a volver a recuperar el pensamiento de mi padre , el último proyecto estratégico serio de un país capitalista fue el de @CarlosMenem_LR— zulema menem (@zulemitamenem) October 20, 2020
Las intenciones son claras. Con Espert lanzado en Buenos Aires y con López Murphy ya habiendo presentado su “Desafío 2021” en territorio bonaerense, el peronismo recurre a una supuesta versión “pro-capitalista” para ver si le puede arrebatar algunos votos a los candidatos liberales.
De esta manera, el justicialismo apunta a tener propuestas electorales para todos los gustos: kirchneristas duros, peronistas de izquierda, peronistas de derecha, nacionalistas, capitalistas, centristas, socialdemócratas, etcétera. Claro que, finalizado el proceso comicial y para las cosas importantes, estarán todos juntos.
Aunque Zulemita Menem siempre estuvo vinculada a la política (acompañó a su padre como primera dama luego del divorcio con Zulema), lo cierto es que la hija del exmandatario carece de estructura propia para una aventura electoral semejante.
Es evidente que el peronismo organizado le aportará un espacio para que pueda presentarse y competir. Aunque defiende el legado de su padre y ahora se manifiesta en favor del “capitalismo”, la candidata a diputada tiene una muy buena relación con Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Lamentablemente, y aunque le duela a los menemistas de Buenos Aires, “Zulemita 2021”, si insiste en presentarse como loba solitaria, no es más que una trampa peronista que acude a la nostalgia de la década de los noventa.